
5 maneras de saber que estás o no en el trabajo ideal
Contar con un empleo es una de las cosas más importantes en la vida de cualquier persona, y esto por muchas razones, entre ellas, el tema económico, que nos permite cubrir nuestras necesidades básicas, pero también acceder a todo aquello que nos gusta y apasiona.
Por otro lado, el trabajo es un espacio en el que pasamos gran parte de nuestro día, ya sea de manera presencial o en home office, e incluso puede ocupar nuestros pensamientos fuera del horario laboral. Si lo vemos de esta manera, el trabajo se convierte en un lugar casi tan importante como nuestro hogar, por lo que es completamente normal preguntarnos si estamos en el sitio correcto o si es momento de buscar algo más.
Por eso, aquí tienes un listado de aspectos que puedes considerar para tomar una decisión como esta. Te recomiendo que vayas por papel y pluma para anotar tus pros y contras.
1. Piensa en qué te aporta hoy en día
A ver, en algún momento cuando ingresaste a este trabajo te pareció algo genial o, al menos, una muy buenaoportunidad para brindarle tu tiempo y esfuerzo. Pero algo que es cierto es que el tiempo pasa y aquí evaluarás dos aspectos.
El primero es el desarrollo de la empresa y su crecimiento. Piensa en qué tanto ha cambiado, si sus condiciones se han mantenido, mejorado o empeorado.
El segundo es tu propio crecimiento. ¿Cuáles son tus metas y sueños en este momento de tu vida? Pero, sobre todo, si esta misma oferta de trabajo se te presentara hoy, ¿la aceptarías o la rechazarías? Esa es una pregunta clave que te ayudará a guiarte.
2. Equilibrio en tu vida personal
Si bien el crecimiento profesional va de la mano con el personal, algo muy real es que, en muchas ocasiones, un trabajo puede parecer el mejor del universo, pero lo que le resta puntos es notar que ya no tenemos oportunidad de hacer nada más.
Tal vez para algunas personas esto no sea tan importante, pero piensa en qué tanto te conoces hoy en día, cómo está tu red de apoyo, qué tanto haces otras cosas que te apasionen o, al menos, qué espacios dentro de tu vida laboral tienes para disfrutar el día a día.
¿Se encamina a tus metas a futuro?
Esta pregunta es clave. Puede que este trabajo funcione bastante bien con tu ritmo actual, pero tal vez tengas planes diferentes y este lugar no te esté aportando lo necesario para seguir avanzando.
Por ejemplo, si piensas cambiar de área, considera si la empresa te permite moverte hacia allá o si tendrías que cambiarlo todo.
3. ¿Tienes algún problema o disgusto? ¿Lo puedes arreglar?
A veces, el día a día se vuelve incómodo cuando hemos tenido diferencias con alguien, cometido algún error o cuando han cometido una falta hacia nosotros. Es momento de hacerle frente: pensar en cómo solucionarlo o aceptar que no es posible y que quizás sea hora de movilizarse.
4. Condiciones laborales
Siempre merecemos más. Si sientes que ya no puedes crecer o que lo que te ofrecen no es justo, primero identifica qué trabajo no te están reconociendo o qué derechos laborales no están respetando.
Algo muy útil es buscar otras vacantes y comparar qué te ofrecen para saber cómo está el mercado, es decir, qué tanta diferencia encuentras con otras empresas.
Compañeros y jefes
A veces, el problema no es lo que está escrito en los contratos o el sueldo, sino que el ambiente laboral se vuelve un infierno. Personas poco respetuosas o empáticas que intentan manipular, inventar cosas o disfrazar malos tratos con sobrecarga laboral.
Ten mucho cuidado con eso. Es cierto que en muchas empresas podemos encontrar este tipo de actitudes, pero todo se construye. La idea es pensar si puedes poner límites o tomar acciones concretas para mejorar tu estadía, o si de plano no será posible.
Eso sí, si alguna vez te encuentras con personas que te pidan agradecer malos tratos a cambio de aprendizaje o remuneración económica… corre de ahí.
Ahora, si después de reflexionar decides que deseas quedarte porque aún te ofrece crecimiento, perfecto, pero es momento de trabajar en todo lo que puedes mejorar a tu alrededor para que esta sensación no regrese.
Y si decides irte, aquí te dejamos algunas cosas a tomar en cuenta.
5. ¿Qué tomar en cuenta si renuncias?
Asegúrate de estar haciendo lo correcto
Escribe las ventajas y desventajas de tu trabajo, define hacia dónde deseas que vaya tu carrera laboral y explora otras opciones dentro de la misma empresa antes de tomar un paso definitivo como renunciar.
Prepara el terreno
Actualiza tu currículum e investiga cómo se encuentra el mercado laboral. Si es necesario, toma cursos de actualización en áreas clave antes de solicitar un nuevo empleo.
Investiga cuánto recibirás
Infórmate con anticipación sobre el paquete de finiquito y liquidación de tu empresa para saber cuánto dinero recibirás tras tu renuncia.
Mantén la calma
No importa qué tan agraviado o inconforme te sientas con tus empleadores, es fundamental mantener la calma. Evita la confrontación y demuestra siempre respeto y profesionalismo.
Conoce tus derechos legales
Consulta con un abogado o un experto en recursos humanos para conocer tus derechos. Esto te ayudará a estar preparado en caso de que surjan inconvenientes legales al momento de tu renuncia.
Deja las puertas abiertas
Por muy molesto, frustrado o indignado que te sientas, trata de salir en buenos términos con la empresa. La vida da muchas vueltas, y en el futuro podrías volver a trabajar ahí, negociar un trabajo externo con ellos o incluso tener a tu empleador como cliente.
Deseamos que esta pequeña guía te ayude a tomar la decisión correcta para ti. Eso sí, recuerda que siempre es válido cambiar de camino. Busca siempre aquellos espacios que te aporten y ten presente que tu tiempo es lo más valioso del mundo.
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