Reglas para mejorar la convivencia familiar
La interacción dentro del hogar resulta difícil en muchas ocasiones, debido a que se trata de personalidades distintas intentando coincidir. Entre los principales problemas que encontramos es la organización para actividades de un espacio común, sobre todo si se trata de familias grandes, con personas de todas las edades, desde niños, jóvenes, hasta adultos como lo son papá y mamá, así como otros parientes cercanos como los abuelos, que al pertenecer a distintas generaciones resulta más difícil que tengan cooperación entre ellos. Para facilitar y mejorar tanto la comunicación como la convivencia en familia deben establecerse ciertas normas. Aquí te presentamos algunos ejemplos de reglas básicas:
1. Todos los miembros se hacen responsables de mínimo una actividad del hogar.
Enseñar a nuestros hijos a ser parte de las labores de la casa puede ser difícil, ya que requiere de una adaptación por parte de ellos, pero es necesario para crear un ambiente agradable en casa. Aunque puede que no la acepten de la mejor manera. Es indispensable para mejorar la convivencia familiar. De las recomendaciones de más importancia que tenemos para ti esta dividir las actividades de manera igualitaria para todos los integrantes de la familia. Iniciar con una o parte de una actividad e ir aumentando su responsabilidad conforme pasen las semanas.
También puedes variar la actividad por semana o día. Evitarás que se sientan aburridos y desarrollen varias habilidades. Muéstrales que no es un castigo, sino que el lugar donde viven es importante y debe ser cuidado por todos. A su vez indica que deben respetar el trabajo del otro. Pon el ejemplo y guíalos. Intenta no optar por prohibir que tomen las cosas. Más bien cuando hagan algún desorden, lo ordenen. Esto mejorará su independencia y el orden en la casa.
2. Comunicación y asertividad.
El dialogo y saber comunicarse, así como el respeto en la convivencia es muy necesario, pero es aún de más importancia hacerlo de forma adecuada. Ser asertivo significa decir lo que pensamos sin dañar los derechos del otro, pero tampoco los míos. Es decir, siempre respetando los pensamientos y emociones de los demás, para que así las relaciones entre ellos no se vean dañadas..
El primer paso para lograrlo es aprender a evitar las interpretaciones de la situación y tener muchas honestidad en el proceso. Es decir, aunque pareciera difícil debemos determinar qué sucedió, sin agregarle cosas de las que no estamos seguros. Ejemplo: Me pegó con una bola de papel porque tiene envidia de que yo todavía tengo dulces y él no. Cámbienlo por: Me pegó con una bola de papel. No hay manera de adivinar qué siente o piensa el otro. El segundo paso es compartir las emociones que te provocó eso y por último dar una resolución. Siempre abiertos a escuchar las opciones que puede dar la otra persona y teniendo gratitud y empatía si te comparten sus opiniones. De la misma manera, deben establecer reglas para modulación de voz y de palabras que puedan ser groseras o poco agradables. Esto creara una zona de seguridad.
También es posible que la comunicación sea cordial pero que no sea recurrente. Lo primero es identificar la razón por la que evitan decir lo que sienten e ir modificando pequeñas acciones para que tengan más comodidad. Por otro lado, puedes implementar actividades como poner un frasco en un lugar específico donde depositen de manera escrita lo que no han podido comunicar, lo que les molesta, etc., en el momento que quieran hacerlo. Después pueden reunirse para tomar decisiones y acciones.
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3. Respetar los tiempos y espacios individuales.
Aunque todos estemos en un mismo espacio no significa todo el tiempo estar juntos. Tanto los niños como los adultos tienen derecho a tiempos individuales. Esto te permite conocerte, aprender y gozar de diferente manera. Debe tomarse en cuenta que cada miembro es único y que pueden tener intereses en diferentes actividades a las de los demás. No significa que dejen de quererse, por el contrario. Incluso puede darles más energía para cuando esté conviviendo. Te recomendamos establecer un calendario donde estén explícitos tiempos o espacios en los que quisieran privacidad o en lo que, aunque compartan el espacio, estén haciendo actividades variadas. Así todos acordarán dicho calendario para que no afecten en las actividades del otro y éste se hará de manera equilibrada.
4. Las reglas son para todos.
Ésta es la regla de oro para construir un verdadero hogar. Las reglas no solamente son para los niños. Están elaboradas para todos. La manera en que nuestros hijos dejarán de tomar las llamadas de atención de manera personal es si se aplica a todos. Sin excepción. Adultos y niños deben seguir el mismo código de valores. Esto incluso podría permitir estar en mayor cercanía con ellos, sobre todo entre los hermanos y hermanas. Evitar malos entendidos. Mejorar tus habilidades. Educarlos para toda la vida, no solo cuando estén bajo tu tutela o en casa, sino también para otro tipo de espacios como puede ser la escuela, la cual también requerirá de todas estas habilidades, y aun más porque es posible que los demás compañeritos no estén aun adaptados a las reglas de convivencia básicas, entonces abría que seguir entrenándolos en otras habilidades como resiliencia y paciencia.
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