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Mudanza en familia: Cómo hacer una adaptación saludable

Mudarse es un evento radical para todos, especialmente para los niños. Los efectos de una mudanza dependen bastante de su edad. Mudarse a una nueva ciudad o pueblo puede ser abrumador para cualquiera… Enmedio del caos de empacar, los niños se ven obligados a despedirse de sus amigos, maestros y la comodidad familiar de su comunidad.

Después de la mudanza, los niños deben aclimatarse a una nueva escuela, muchos niños se preocupan por ser «el niño nuevo» y a algunos les resulta difícil hacer nuevos amigos.

Una mudanza para los niños tiene un gran impacto, por lo que es aconsejable no contar la noticia de planes de mudanza a tus hijos demasiado pronto si son pequeños. Si aún no has encontrado un hogar adecuado, no es necesario comunicarlo aún. El tiempo es un concepto abstracto para los niños pequeños y un posible movimiento puede hacer que tu hijo se sienta inseguro. Aunque la razón por la que te estás mudando sea negativa (divorciarse o uno de ustedes ha perdido su trabajo por ejemplo), siempre haz que las noticias sean positivas, si hablas con entusiasmo sobre la nueva casa, tu hijo también sentirá curiosidad.

La preparación para la mudanza en familia

En bebés y niños pequeños (0-2 años) puede funcionar bien diseñando la habitación tan parecida como sea posible a su habitación habitual. El ritual del sueño puede permanecer virtualmente igual, y eso es importante para esa edad.

Los niños pequeños (2-3 años) pueden prepararse hablando y colaborando. Además, puede ser bueno llevar al niño al nuevo hogar para hacer una visita preliminar antes de la mudanza. Para un niño pequeño la casa es todo su mundo.

Desde la edad infantil (más de 4 años) es bueno involucrar conscientemente al niño en la mudanza. Por ejemplo, hacer una vista preliminar de la nueva casa y, además, explorar el vecindario, crear el diseño de la habitación, elegir la pintura, el papel tapiz, etc.

Además de preparar a tus hijos para la mudanza, hazles saber que pueden acudir a ti en cualquier momento para hablar sobre el progreso de la transición o para pedirte consejo.

Puedes pensar que los estás protegiendo del estrés al ocultar la verdadera razón por la que os estáis mudando, pero los niños son increíblemente inteligentes y lo resolverán de una manera u otra. Es mejor para todos si haces un plan y programas una reunión familiar para explicar de manera clara y sincera por qué la familia se está reubicando.

Los niños necesitarán racionalizar un cambio tan grande a su manera, así que crea un espacio para responder sus preguntas sobre los viajes, lo que pueden traer, si van a ver a sus amigos de nuevo y cuándo, y así sucesivamente. Como padres, ustedes ya saben, los niños tienen las preguntas más interesantes y tienden a preocuparse cuando el cambio es inminente. Puedes aliviar sus preocupaciones con honestidad y ternura.

 

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Primera exploración

¿Tu hijo va a otra escuela?
Es importante ser cuidadoso en la elección de la nueva escuela como lo fuiste en la anterior. Lleva a tu hijo contigo y, si es posible, pregúntale su opinión

¿Todo nuevo, o mejor dicho no?

Cuando te enfrentes a la difícil tarea de desempacar caja sobre caja en un nuevo hogar, mantener la hora regular de comer y dormir puede no ser tu mayor prioridad. Pero es importante intentar establecer una rutina para tus hijos tan pronto como llegues a la nueva ubicación. Los niños más pequeños en general prosperan con la rutina y la previsibilidad.

Para los niños, cuanto más familiar, mejor. Este no es el momento, por ejemplo, para que tu hijo pequeño duerma en la cama para adulto por primera vez, o realizar cualquier otro tipo de cambio. Puedes dejar que él decida por sí mismo sobre su nueva habitación. Dale la opción entre una serie de colores que selecciones. El punto principal es darle la sensación de que tiene un poco de influencia y que su opinión cuenta.

Diciendo adiós al antiguo vecindario

Dale a tu hijo el espacio para que pueda exteriorizar sus sentimientos. Todo lo que pienses acerca de decir adiós puede ayudar. Despedirse de su grupo de juego y de su clase en la escuela, por ejemplo. También despedirse del vecindario, y comenzar a hablar sobre los nuevos planes. Explora el nuevo vecindario de manera intensiva con tu niño: ¿cuál es la ruta más corta al supermercado o al área de juegos? Todo ayuda a acostumbrarse. Comience con preguntas abiertas sobre cómo se siente con el traslado y la reubicación. Pregúntale a tu hijos qué puedes hacer para ayudarle a establecerse.

En la nueva casa

Manejar los rituales familiares en la nueva casa, puede resultar difícil durante las primeras semanas, porque, la situación no es «normal» todavía. Los niños suelen pasar ese primer período entre las cajas sin malestar aparente, pero después de un tiempo pueden tener una reacción, cuando se dan cuenta de que es algo permanente. Prestaatención a los problemas de sueño, si orina la cama nuevamente, etc. Especialmente, en niños pequeños, es importante crear tanto descanso y regularidad como sea posible después de la mudanza, y hacer que los días sean lo más predecibles posible. Con eso les devuelves su sentido de seguridad, que han perdido por de la mudanza.

Asegúrate de que la vida en el hogar sea lo más estable posible y respete las mismas rutinas que tenía antes del traslado. Puedes considerar adquirir una nueva mascota o un nuevo pasatiempo, eso le dará una nueva ilusión.

Hacer nuevos amigos, pero conservar los viejos

Si es posible, es muy positivo que tu hijo pueda invitar a compañeros de clase y mantenerse en contacto con el maestro.

Y cuando la nostalgia es intensa, si es posible, arregla algo con los niños del antiguo vecindario o ve allá otra vez. Sigue enfatizando los beneficios: «¡Es genial, puedes jugar en la calle aquí!» Y recuerda, los niños que se mudan a menudo son más flexibles, abiertos al cambio y son más resistentes a las pérdidas.

Para muchos niños, y especialmente para los adolescentes, la parte más difícil de la reubicación es tener que dejar atrás a amigos cercanos. Las amistades son fundamentales para los niños mayores, y los adolescentes pueden sentirse muy aislados después de mudarse a una comunidad donde no tienen un grupo de compañeros integrado. Irrumpir en nuevos grupos de amigos puede ser un proceso difícil. Inscribir a los niños en actividades extracurriculares es una excelente manera de ayudarlos a conocer a niños con intereses similares.

Al mismo tiempo, es importante que los niños sepan que mudarse a una nueva comunidad no significa que no puedan aferrarse a amistades significativas. Gracias a la gran cantidad de medios de comunicación social, los niños pueden mantenerse en contacto con viejos amigos y es positivo alentar a tu hijo a usar las redes sociales como un medio para mantenerse en contacto, siempre bajo supervisión de un adulto y cuidando que no lo haga de forma compulsiva o adictiva y/o dejando su nueva comunidad de lado.

Problemas de comportamiento después de la mudanza.

Muchos niños estarán muy aprensivos e inapetentes. Los niños más pequeños pueden mostrar una regresión del desarrollo y demostrar tristeza o el temor de estar solo. Todo lo anterior debe considerarse relativamente normal siempre y cuando no se prolongue durante un período de tiempo demasiado largo.

En el caso de que el mal estar se prolongue en el tiempo, puedes consultar a un profesional de la salud mental que pueden ayudar con los sentimientos difíciles en los niños. Estos son muy comunes durante una mudanza, y también lo es un sentimiento de frustración e impotencia. Si estos sentimientos persisten y, por ejemplo, afectan la vida social o el desempeño escolar de tu hijo, la ayuda externa puede ser útil.

Consejos para moverse con facilidad con los niños. Aquí hay un resumen de los puntos más importantes:

– No le cuentes al niño la noticia de mudanza inmediatamente. Cuando todo este organizado y definido se puede ir hablando sobre el tema.

– Explorar juntos el nuevo entorno, echen un vistazo a la nueva escuela, paseen por el barrio.

– Pídele al niño que elija pintura y cosas bonitas para la nueva habitación.

– Habla con la maestra sobre los planes de mudanza con suficiente antelación, puede vigilar al niño y tal vez la clase pueda organizarle una despedida.

– Asegúrate de tener al menos un lugar tranquilo en la casa vieja durante el mayor tiempo posible.

– Si es necesario, prepara una fiesta de despedida.

– Hacer un lugar acogedor en la nueva casa lo más rápido posible.

– Haz una caja con cosas familiares del niño, un libro favorito,una lámpara, etc.

– Discute los aspectos divertidos y desagradables de la mudanza y presta atención a la comunicación no verbal del niño.

– Si es posible, invita a los «viejos» amigos de nuevo en la nueva casa.

Toda la información que te damos en este artículo es orientativa ya que cada niño es diferente, por lo que cada familia debe establecer su manera de llevar la adaptación de la mudanza a su manera.

 

 

Carolina González Ramos

Edda Virtual Solutions

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