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Manejo de tristeza en niños

En este artículo hablaremos de una emoción que todos los niños presentan, así como los adultos, pero que suele ser poco bienvenida en nuestras vidas. Estableceremos algunos puntos para el manejo de la tristeza en niños.

Para empezar diremos que la tristeza es una de las emociones básicas, como la alegría, la ira y el miedo, teniendo lugar en su mayoría de manera momentánea ante eventos específicos. Para comenzar a manejarla o enseñar a los niños a hacerlo hay que recordar que las emociones siempre tendrán sus funciones. De manera general, las emociones, y en este caso la tristeza, nos permiten conocer y adaptarnos al medio; por lo tanto, no debe ser un evento poco deseado, simplemente hay que darle un lugar, luego de entender esto, podemos empezar a crear estrategias como:

1. Dale un significado propio

La tristeza aunque es un evento universal, donde todo el mundo lo ha llegado a experimentar, en realidad no es lo mismo para todas las personas. Es importante que aprendamos a darle un significado, cada niño tiene su propio sentir; entonces ayúdale a darle su significado y de igual manera identifiquen cuándo se da en mayor medida esta emoción. Ejemplo: cuando alguien no le hace caso, cuando no se le compra algún juguete o cuando está solo. Así será más sencillo que comience a nombrar la tristeza cuando se presente, lo cual esta enlazado al siguiente punto.

2. Identifica cómo detectarlo

Como apenas comienzan a plantear respuesta a sus emociones, es importante que les ayudemos a hacer un decálogo de emociones. Puede ser de manera escrita, ya sea utilizando dibujos, recortes o todo lo que se les ocurra.

La idea es identificar físicamente y a nivel cognitivo cuándo están tristes, que sepan diferenciar cuando tienen esta emoción y cuándo se trata de otra. Explica que también se vale tener varios al mismo tiempo pero lo ideal es que identifique de dónde viene cada una. Su decálogo puede tener estos subtítulos ¿Qué siento en mi cuerpo?¿Qué pienso?¿Qué hago?

Ejemplo: ¿Qué siento en mi cuerpo? Siento que un nudo en la garganta, un vacío en el estómago. ¿Qué pienso? En que quiero estar solo. ¿Qué hago? Me alejo de las personas y lloro.

 

También te puede interesar: Libros para controlar las emociones en niños. Psicología infantil.

 

3. Busquen una funcionalidad

¿A qué nos referimos cuando decimos funcionalidad? Digamos que es averiguar qué quiere decirnos la tristeza, por qué existe. Todas las emociones indican que algo esta sucediendo. En el caso de la tristeza puede decirnos que algo no anda bien, contigo o con lo que te rodea.

Para trabajar un poco más esta idea con los mas pequeños, podemos construir un cuatro donde en una columna anotemos nuestras emociones: Ira, Miedo, Tristeza y Felicidad y en otra su funcionalidad o qué han aprendido de ella. Pueden recurrir a recordar eventos anteriores donde tu hijo haya experimentado tristeza. Ejemplo: Me ayudó a darme cuenta que no me gusta que se burlen de mí, que no me gusta estar solo, que no me gusta compartir mis cosas, etc. Esto te ayudara a conocer más a tu hijo y que él se conozca más a sí mismo. Aun más importante, comenzaran a racionalizar la emoción. Tengan a la mano esa listita de emociones, para que puedan mirarla cuando estén pasando por alguna emoción. Sera un recordatorio. Aprenderán  no únicamente sentirla sino a analizarla, lo que les pude permitir mayor manejo de su tristeza en ocasiones posteriores.

4. No juzguen, ni eviten hablar de ello

La mejor manera de trabajar las emociones es no juzgándolas como algo bueno o malo. Sino como algo natural, algo que es parte de ellos. Para poder trabajarlas primero hay que hablar de ellas, reconocer su valor y que existe. Negarlas no nos llevara a ninguna parte, solo a un estado mayor de malestar.  Tómalo así, no puedes pelear contra un fantasma sino lo ves o aceptas que existe. Una vez que lo aceptes podrás saber sus características y en torno a eso, aprenderás a combatirlo. Hablen abiertamente; no hay nada más valiente que reconocer tus emociones y hacer algo por ellas.

5. Brinda un espacio específico

Las emociones necesitan de espacios, parte de reconocerlas es brindarles un lugar en tu día. Si estás cansada de verlo todo el día triste, bueno pongan en orden todas esas ideas, acuerden una pequeña reunión, elijan un lugar de la casa confortable, pueden preparar algo de comer o tomar para acompañar y establezcan un horario en el que solo se dediquen a eso, a hablar de su tristeza, sin ser interrumpidos por nada. Muchas veces la falta de estos espacios de expresión te lleva a enredar más las cosas y a mayores confusiones.

6. Busquen soluciones u oportunidades

Parte de los indicadores de las emociones es ayudarnos a movilizarnos, no solo se trata de solo llegar al fondo de la tristeza sino planear qué harán con ella. Los pequeños pueden presentar dudas de cómo abordarla, para eso estas tú, para guiar. Búsqueda de soluciones, si se dan cuenta que hay cosas que ya no tienen como tal una solución, porque ya es un hecho digamos irreparable, digámoslo así, porque no podemos volver al pasado y la única manera de arreglarlo es regresando en el tiempo, cuando esto suceda es momento de abordar aprendizajes y oportunidades.

Ejemplo: Si su compañerito se mudó, no podemos hacer que vuelva, pero si podemos ver oportunidades, tal vez posibilidad de visitarlo cada tanto y conocer dónde vive, a sus nuevos amigos, sino es posible, también nosotros podemos conocer nuevos amigos, aprender a usar las video llamadas o plataformas para jugar en línea con aquella persona que se mudo, etc. Esto ayudara a que la energía se centre no solo en el evento que provoca la emoción sino en nuevas cosas que lo mantendrán activo y con motivación.

Esperamos que este artículo sea de mucha utilidad y que tú y tu pequeño puedan ir estableciendo poco a poco estas estrategias tanto para manejar la tristeza como para establecer un lazo aun más fuerte de confianza. 


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