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Cambios en la alimentación de 0 a 5 años (tips)

¿A tu hijo no le gustan muchas cosas y no quiere probar lo que pones sobre la mesa? Eso puede ser frustrante, especialmente si has intentado y no encuentras la manera. Algunos tips pueden ser de ayuda pero sobre todo no pierdas la paciencia.

Es normal que los niños durante algunas fases en su desarrollo no quieran comer, coman poco o ingieran ciertos alimentos o texturas específicas de los alimentos, normalmente esto ocurre entre los 2 y 5 años de edad, y suele ser una situación alarmante para muchos padres. La forma de alimentarse y las actitudes negativas hacia la alimentación suelen ser temporales, modificándose en periodos cortos por lo que siempre que se manejen de forma adecuada, no suponen ninguna amenaza para la salud del niño. Si ves que no mejora y su alimentación es escasa o poco nutritiva siempre es buena idea contactar con su pediatra.

Hay que tener en cuenta que no es lo mismo esta situación en un bebé que en un niño de más de 2 años de edad.

 

El caso de los bebés

Es normal que a tu bebé que está empezando con la alimentación sólida quizás no le guste un alimento de inmediato. Y eso tiene sentido, porque tardan en acostumbrarse a todos esos nuevos sabores. Pero la paciencia vale la pena. Si tu hijo aprende durante está fase a apreciar muchos gustos, lo más probable es que también coma una dieta variada cuando crezca.

Además, los bebés tienen más papilas gustativas que los adultos. Las papilas gustativas son terminaciones nerviosas en la lengua que le dicen al cerebro lo que estamos probando. Por lo tanto, tu hijo es más sensible al gusto. Debido a que tu bebé está acostumbrado a los alimentos dulces y tiene esta sensibilidad, te recomendamos comenzar con sabores suaves.

Con mucha paciencia y repetición, tu hijo se acostumbrará automáticamente a un nuevo gusto. Si es necesario, prepararlo de una manera diferente y confórmate con que lo pruebe. A veces, tendrá que probar de 10 a 15 veces antes de acostumbrarse a él. Eso no significa necesariamente que encuentre todo súper sabroso. Recuerda que también desarrollan preferencias de gusto personal.

Los primeros 2 años de tu hijo son los más importantes para el desarrollo del gusto. Solo porque a la mayoría de los niños de cero a dos años les gusta probar cosas nuevas y aceptar otros gustos sin quejarse, mientras que los niños pequeños no siempre tienen ganas. Por lo tanto, es inteligente dejar que los niños se acostumbren a muchos gustos lo antes posible. Recuerda que obligarlo es una mala idea, si no quiere probar hoy, mañana será un buen día para intentarlo de nuevo.

 

A partir de 2 años

Cuando se trata de hábitos alimenticios, los niños pequeños pueden ser difíciles de predecir. Algunos días pueden no comer mucho. Otros días puede parecer que están comiendo todo el día. Es posible que quieran una comida todos los días durante semanas, y de repente no les guste. Y cuánto come puede ser diferente respecto a como come otro niño. Pero no te preocupes. Los extraños hábitos alimenticios de pequeño no son realmente extraños.

Comer selectivamente es un comportamiento típico de los niños pequeños. Esta es un área de sus vidas donde pueden ejercer cierto control. Al negarse a comer, está practicando su independencia.

Aquí te dejamos algunas reacciones comunes que pueden tener a la hora de la comida:

– Rechazar un alimento basado en su color o textura.

– Elegir algunos alimentos y comer nada más que esos.

– No estar dispuesto a probar nada nuevo.

– Perder el interés en una comida que les encantaba.

– Solo quiere comer con su cuchara o tenedor favorito.

 

No lo obligues

La cantidad que un niño elige comer está controlada por el centro de apetito en el cerebro. Los niños ya están programados para comer todo lo que necesitan para crecer y tener energía. Muchos padres intentan obligar a sus hijos a comer más de lo que necesitan porque les preocupa que el mal apetito de sus hijos pueda enfermarlos o desarrollar una deficiencia de vitaminas.

Esto no es así. Pero lo que puede suceder es que la alimentación forzada en realidad disminuya el apetito de un niño al hacer que la hora de comer sea más un castigo que un momento de placer.

Tips de buena alimentación

No es favorable obligarlo a comer. Sin embargo, puedes intentar crear una dieta rica en alimentos nutritivos, demostrar hábitos alimenticios saludables y preparar el escenario para comidas agradables.

Te damos algunos trucos:

– Servir la cantidad correcta. Las porciones pequeñas le dan la oportunidad de pedir más.

– Se paciente. Ofrece a tu pequeño nuevos alimentos muchas veces. Es posible que debas ofrecer un alimento de 10 a 15 veces antes de que lo quiera probar o le empiece a gustar.

– Deja que te ayude. Déjale que elija alimentos en la tienda. Luego, intenta que pueda ayudarte de alguna manera a prepáralo, también a poner la mesa. Participar en las diferentes partes de la hora de comer puede hacer que sea más apetecible y divertida la hora de comer.

– Trata de hacer las cosas divertidas, corta los alimentos en formas con moldes para galletas o presenta la comida de manera creativa en el plato, etc.

– Ofrece opciones. En lugar de servirle una verdura, permite a tu hijo, aunque sea de vez en cuando, a elegir entre dos opciones.

– Mezcla un alimento nuevo con uno conocido. Sirve nuevos alimentos junto con los favoritos. Esto puede hacer que probar algo nuevo sea más fácil.

– Trata de educar con el ejemplo, si te ve comiendo una variedad de alimentos saludables, será más probable que los pruebe.

 

Comidas agradables

– Trata de avisarle entre 10 a 15 minutos antes de la hora de comer, dile que pronto estará la comida. A veces, los niños están tan cansados o entusiasmados algún juego que no quieren comer.

Decirles que se acerca la hora de comer les permitirá pasar de la hora de jugar a la hora de comer.

– Establece una rutina. A los niños les gusta cuando las cosas son estables y predecibles. Establecer horarios regulares de comida.

– Intenta reservar una comida al día para comer y pasar tiempo con la familia. No permitas que su hijo juegue con juguetes o dispositivos electrónicos en la mesa de manera regular. Tampoco dejes que lean un libro o vean televisión. Explícale lo bueno que es comer juntos. Pídale que se quede en la mesa hasta que todos terminen de comer.

– Haz que las comidas sean agradables. Si las comidas son agradables, es más probable que tenga ganas de comer. Trata de evitar discusiones o conversaciones negativas en la mesa.

– Gestiona tus expectativas. No esperes modales demasiado difíciles, por ejemplo, no esperes que un niño de 3 años coma con el utensilio adecuado. Para muchos niños, una cuchara es mucho más fácil de manejar que un tenedor.

 

Cuándo consultar al pediatra

Aunque esto puede parecer la razón más obvia por la que los niños no comen, a menudo es la más pasada por alto. Bueno, al menos no siempre se explora lo suficientemente profundo. Cuando los niños tienen una afección médica bien documentada o están visiblemente enfermos, es obvio que su alimentación puede verse afectada, pero a veces hay problemas más sutiles. Dos de los principales culpables son el reflujo ácido y el estreñimiento. Estos dos problemas muy comunes para los niños pueden detener la alimentación.

Aunque el reflujo ácido es común en los bebés, también puede tener un impacto en niños mayores, incluso si no fueron diagnosticados cuando eran bebés. Desafortunadamente, muchas veces esto se pasa por alto porque los niños no se quejan de que les duele el estómago. Muchos de ellos ni siquiera se dan cuenta porque se han sentido así durante tanto tiempo, o son demasiado jóvenes para expresar con palabras cómo se sienten.

Como hemos dicho anteriormente lo más probable es que esta inapetencia o selección estricta por los alimentos sea pasajera, siempre hay que estar atentos, si ves que quiere pero le cuesta comer, o que se prolonga, nunca esta de más consultar al pediatra para descartar alguna otra cosa.

 

Toda la información que te damos en este artículo es orientativa ya que cada persona es diferente por lo que para establecer un diagnóstico y un tratamiento es indispensable que acuda a su pediatra.

 

Carolina González Ramos

Edda Virtual Solutions

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