¿Qué es la grafomotricidad y por qué es importante?
La escritura es uno de los avances más importantes de la humanidad de todos los tiempos. No en vano, nos permite transmitir nuestros conocimientos y diversos datos a través del tiempo y el espacio, reproducir nuestros pensamientos y transmitirlos con precisión a los demás. Pero la capacidad de leer y escribir no surge de la nada.
Es algo que aprendemos con el paso de los años. En términos de escritura, además de la capacidad de simbolizar, requiere la capacidad de realizar una serie de movimientos precisos, es decir, la grafomotricidad.
¿Qué es la grafomotricidad?
La grafomotricidad es la colección de movimientos manuales necesaria para escribir. Estos movimientos se incorporaran con desarrollo motor fino, la capacidad de movilizar manos y dedos de manera coordinada, la base de la grafomotricidad es la pscicomotricidad fina. Por lo que, las habilidades grafomotoras son habilidades que requieren un alto grado de precisión y control que deben adquirirse poco a poco a través de la práctica a lo largo de la vida.
Es una capacidad que requiere el desarrollo y la coordinación de los aspectos motores y perceptivos. El objetivo es que aprenda las habilidades básicas necesarias para expresarse por medio de la representación gráfica.
¿Cuándo comienzan a desarrollarse estas habilidades?
Se dice que las habilidades grafomotoras comienzan en las primeras etapas de la infancia, por lo que los niños va adquiriendo gradualmente el dominio el espacio y los instrumentos.
Lo primero que aprenden son los movimientos del fórceps y agarre de diferentes objetos cada vez más pequeños.
El desarrollo correcto de las habilidades grafomotoras también incluye elementos de aprendizaje que no son solo gráficos, como por ejemplo, diferenciar entre elementos, ser capaces de representar y tener una orientación con respecto a las instrucciones son aspectos fundamentales en el desarrollo de las habilidades de escritura.
Con el tiempo, estos procesos se automatizan, algo que permite profundizar y mejorar el nivel de delicadeza y precisión necesarios para una escritura correcta.
Desarrollo de esta habilidad
Como dijimos, esta destreza no parece desde cero, sino que requiere de un proceso de aprendizaje complejo a través del cual cada uno de nosotros aprende a dominar los movimientos necesarios para escribir.
Se podría considerar que los primeros intentos de expresión gráfica comenzarían aproximadamente cuando tu hijo tiene aproximadamente un año y medio, generalmente cuando comienza a hacer los primeros garabatos. El niño trabaja por impulso y con total falta de control, sin coordinación y utilizando todo el brazo como un bloque. No te preocupes, está comenzando, puedes pasar un rato en la tarde jugando con diferentes pinturas y texturas para que vaya practicando.
Más adelante, sobre los dos años, verás que empieza a utilizar más el codo y a usar trazos (aunque aún sin coordinar ojo y mano) y hacer garabatos circulares. Luego, poco a poco, comenzará a tener el control del pulso y la fuerza de la mano, así como el seguimiento del movimiento de la mano con los ojos. En este momento verás que comienza a hacer las primeras líneas independientes.
Más adelante a partir de los tres años, ya hay un intento de controlar el movimiento de la mano y coordinarlo para realizar un golpe dirigido. Comenzará a combinar colores y centrar el movimiento para que no desaparezca del papel, e intentará identificar algo en el dibujo. En el transcurso de los cuatro años, comienza una fase pre-esquemática en la que el niño comienza a dibujar una imagen que simboliza un elemento específico para ser representado. Es decir, dibuja un elemento específico como una casa, una persona o un animal, pero de manera esquemática.
Desde este punto hasta seis años, aprenderá a agregar detalles a los elementos anteriores. También entraría en una etapa presilábica, comenzando a distinguir los dibujos pictóricos de las líneas que dicen representar letras o números.
Inicialmente están desorganizados y separados, pero poco a poco se organizan y alinean para que puedan leerse, aunque al principio quizás solo tu peque entienda lo que quiere decir, es un buen momento para estimularlo preguntándole y haciendo diferentes juegos con los dibujos para que pueda contarte que quiso expresar.
Luego pasamos a un momento de escritura silábica, en el que cada gráfico comienza a representar una sílaba o fonema específico. Más adelante, a medida que continuamos mejorando el trazo y la capacidad de simbolización, verás que llega a una fase de transición a la escritura alfabética, en la que cada gráfico termina con un fonema. Con el paso de los años, las letras mejorarán y podrá realizar deletreos más pequeños y precisos.
¿Cómo mejorar las habilidades grafomotoras?
La grafomotricidad es una habilidad fundamental para escribir y dibujar, y también contribuye al aumento de precisión y destreza para realizar diversas tareas. Por es recomendable tratar de fortalecerlo a través de diversas actividades. Practicar caligrafía puede ayudar, pero estás actividades no solo se pueden hacer repitiendo en una hoja, sino que también pueden abordarse desde una perspectiva más lúdica. Estimula el comportamiento del juego y la capacidad de dibujar, no solo con lápices de colores sino también con elementos como pintura o arena y otras texturas. Pero el entrenamiento no solo incluye pintar y colorear, sino que también contribuye a mejorar todas aquellas actividades que requieren un cierto nivel de habilidades motoras finas.
Fomentar cosas como juegos de construcción, plastilina, doblar papeles, usar tijeras o incluso tirar objetos para mejorar la coordinación óculo-manual. Si a tu hijo le gusta tocar un instrumento musical por ejemplo también es útil. Otros juegos, como seguir un ritmo musical con palmas, simbolismo y juego de roles e imitar a personas, animales y objetos también ayudan a mejorar estas destrezas.
Ejemplos de actividades que fomentan el desarrollo de la grafomotricidad:
– Dibujar o escribir en una superficie vertical, puedes pegar el papel a la pared o hacerlo en una pizarra.
– Cuando hagas los ejercicios de motricidad fina con tu hijo, comienza siempre con actividades fáciles y luego ve introduciendo gradualmente actividades más complejas y difíciles de realizar. De esta manera, no perderá la motivación para hacer actividades.
– Al pintar un libro para colorear, el niño se ejercita pintando dentro de las líneas. Si el niño presiona demasiado fuerte el lápiz sobre el papel, muéstrale como hacer una presión adecuada del lápiz.
– Si dibuja una persona y le falta alguna parte, pregúntale: «¿Qué más debes dibujar en una persona?», «¿Dónde están sus manos?», «¿Dónde están sus piernas?» y cosas por el estilo.
– Puedes dibujar un objeto simple, y luego dejar que lo copie. Comienza con una sola línea, luego dos, luego un círculo y así sucesivamente.
– Puede dibujar las líneas alrededor de su mano o de un objeto, esto hará que mejore su destreza con el lápiz.
– Para que adquiera destreza manual, podéis trabajar los trazos verticales, horizontales, oblicuos, circulares, en zig-zag, y demás. En Internet puedes encontrar un monto de plantillas para descargar o podéis hacerlas vosotros en casa.
Piensa que no se trata solo de que haga diferentes cosas, sino de que también las aprecie. Para esto, el apoyo familiar es esencial, el hecho de que participes activamente en esta parte de aprendizaje y también lo felicites por sus logros hará que tu hijo se sienta más seguro y más apreciado. Además, el hecho de que compartas momentos con estos juegos y actividades como algo positivo y agradable es fundamental, puede fortalecer el vínculo y mejorar la capacidad de escribir y aprender. Siempre es importante detectar la dislexia en niños, los síntomas y el apoyo.
Toda la información que te damos en este artículo es orientativa ya que cada niño y cada familia son diferentes y únicas.
Carolina González Ramos
Edda Virtual Solutions
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