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¿Cómo saber si mi bebé esta deshidratado?

La salud de nuestro bebé es lo más importante que tenemos en el mundo, por eso es quemonitorearlo continuamente debe ser una regla base para su cuidado. Sin embargo, para poder hacer esto efectivamente, tenemos que saber exactamente qué síntomas o signos son los que nos pueden estar indicando alguna anomalía.

Uno de los grandes temores como padres es la deshidratación en los bebés, porque hemos escuchado que puede llegar a ocurrirles con facilidad, pero también porque sabemos que en cuerpos tan pequeños como los de ellos puede llegar a agravarse rápidamente.

Entonces, si eres una mamá preocupada y quieres asegurarte de que todo marche bien, aquí te tengo una lista que he creado sobre ¿Cómo saber si tu bebé está deshidratado? Este post está hecho con mucho cariño de una madre a otra, pero lo mejor siempre será recurrir a los expertos en el área, como por ejemplo un pediatra.

¿Qué es la deshidratación en bebés?

Tal como el nombre lo indica, se trata de una pérdida de líquidos del infante mayor a la consumida, es decir, el cuerpo del pequeño está trabajando con menos de lo que necesita. Ahora, vamos a identificar que dentro de la deshidratación encontramos diferentes niveles y tipos de daños al cuerpo. Los primeros niveles se quedan a nivel circulatorio, pero puede escalar hasta dañar órganos, por lo que definitivamente es algo que no podemos pasar por alto. Hablemos un poco sobre los tipos de deshidratación en bebés. Médicamente, se miden de acuerdo al peso que pudieron bajar, en porcentajes:

Leve: 3-5%

Moderado: 5-9%

Grave: Más de 9%

Recordemos que este porcentaje se mide de manera especial con aparatos médicos y estudios de laborario, por lo que no podremos determinarlo por nuestra cuenta. Sin embargo, existe otro conjunto de síntomas de deshidratación que nosotros, como padres, podemos identificar, y los veremos más adelante.

¿Quienes son los más propensos a deshidratación en niños?

En realidad, este estado clínico puede darse a lo largo de la vida, desde bebés hasta adultos. Aunque no es como estamos acostumbrados a pensar, de que sentimos sed o no tomamos suficiente agua en el día y ya tenemos un grado de deshidratación; se trata de algo más complejo, de un conjunto de procesos en el cuerpo. Ahora bien, los más propensos a este tipo de situaciones son los lactantes. Te preguntarás por qué. Bueno, hay varias respuestas a eso: tienen un metabolismo muy alto y dependen de un adulto, lo que añade la dificultad de no poder expresar su sed con lenguaje.

Por otro lado, también debemos prestar más atención si tenemos un bebé con una enfermedad muy específica, como lo puede ser la diabetes, algún problema renal o incluso si ha sufrido quemaduras de alto grado. Ahora sí, una vez entendidas las condiciones que pueden poner a un bebé en esta situación y comprendido qué es, veamos cuáles son los signos y síntomas de la deshidratación.

Síntomas de deshidratación en bebés

Como ya mencionamos, la manera en que podemos llegar a confirmar una deshidratación es por medio de laboratorios o medidas exactas del porcentaje bajado de líquidos. Sin embargo, hay algunos signos que suelen acompañarla, y estos cambiarán un poco dependiendo del grado de gravedad:

  1. Cambio de temperatura de extremidades: En ocasiones, seguro has escuchado queuno de los síntomas más recurrentes de la deshidratación puede ser la fiebre. Sin embargo, más que un signo, puede ser una causa, por lo que, si le pasa esto a tu bebé, debes estar pendiente de que no muestre otros signos. En caso de que no tenga fiebre pero notes que sus extremidades tienen temperaturas muy extremas, es decir, muy calientes o muy frías, es importante consultar.
  2. Cambio en los ojos: Lo que algunas personas llaman ojos hundidos. Esto lo notarás de inmediato porque le da un aspecto de enfermedad al bebé. La coloración puede verse diferente, pero sobre todo los huesitos alrededor del ojo se notarán mucho.
  3. Piel pálida o moteada: Esto sucede sobre todo en grados altos. También puede ir acompañado de un cambio de color en los labios. La piel puede incluso parecer que tiene manchitas de un color muy parecido a su tono natural, pero se distinguen pequeñas diferencias.
  4. Mucosa seca: Ojo aquí. Cuando hablamos de mucosa, no me refiero solo a la naricita de nuestro bebé, sino también a la boca, nariz y ojos. Notarás que están secos, es decir, la boquita no tiene saliva, le falta humedad en la naricita, e incluso, al sonarlo, puedes notar sangrecita o costritas. En cuanto a los ojos, podrás ver mucho parpadeo por el dolor que causa la resequedad, y el siguiente síntoma lo acompaña.
  5. Ausencia de lágrimas: Así es, es lo más raro que verás en la vida, pero es uno de los grandes signos de una deshidratación de grado mayor a leve. Cuando tu bebé llore, parecerá que solo hace el sonido, pero sin ninguna lágrima.
  6. Producción de orina por debajo de la cantidad normal: Esto también suele ser frecuente. Cada mamá conoce más o menos los tiempos adecuados para hacer pipí. Si no le es posible, puede que algo esté mal. También se dice mucho que si el bebé presenta diarrea o vómito, tendrá deshidratación. Una vez más, es un factor que puede provocarla, por lo que hay que estar alertas, pero no es el síntoma como tal.
  7. Taquicardia: Esta no la puedes medir fácilmente, pero podemos verla en su muñeca y en su pechito. Puede estar acompañada de mucha inquietud e incomodidad por parte del bebé. Un dato más específico: hablamos de para bebés menores de 6 meses, 180 latidos por minuto. Si lo excedemos, estamos frente a taquicardia.
  8. Nivel de conciencia alterado o perdido: Esto es muy difícil. Es un muy buen síntoma para niños más grandes, pero para bebés es difícil de determinar. Sin embargo, si ves su mirada perdida o que no responde a los sonidos, es posible que esté presentando un signo de alarma.

Recuerda que la pérdida de líquidos en bebés es algo importante, por lo que, una vez que sospechemos, debemos llevarlos con un especialista, en este caso con el pediatra. Ellos determinarán, dependiendo del grado de deshidratación, qué es lo mejor, si vía oral o intravenosa, para reducir el tiempo de recuperación y que el cuerpo lo asimile mejor. Si sospechas que tu bebé puede sufrir de esto, nunca está de más preguntar y llevarlo a chequeos mensuales. No olvides respaldar esta información con tu médico de confianza y pedir su consejo.

Referencias:

Manual MSD. Versión para profesionales. Deshidratación en niños por Pediatra Michaerl F. Cellucci

García Herrero MA, Olivas López de Soria C, López Lois MG. Deshidratación aguda. Protoc diagn ter pediatr. 2020;1:215-231.

[Deshidratación y trastornos electrolíticos en Pediatría] Servicio de Pediatría. Hospital General
Universitario Dr. Balmis Alicante


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