¿Cómo meditar en cualquier parte y a cualquier hora?
Todos los días, sin darnos cuenta, tenemos muchas oportunidades para meditar y lograr encontrar nuestra paz interior.
No es necesario asistir a clases ni tomarse horas enteras para lograrlo. Puede que en un inicio no sea fácil de hacer, pero con la práctica lo lograrás. Te lo garantizo, debemos iniciar por:
Tenerte mucha paciencia
En un inicio escucharás muchos pensamientos en cuanto intentes concentrarte en ti, pero es normal, es un reflejo de lo que estás viviendo y todo lo que te tiene preocupado. En este caso, lo que harás no es evitarlo, sino dejar que pase, pero deteniendo el pensamiento, es decir, no te irás hasta los detalles, solo nombrarás con tu mente lo que piensas y listo.
Identificar y crear momentos donde estés seguro
La meditación va un poco de aprender a pausar y relajarnos, por lo que tenemos que identificar qué tipo de meditación nos conviene hacer y buscar los lugares donde podamos estar seguros, es decir, donde no tengamos que estar tan alerta de peligros. Aquí vamos a evitar, obviamente, manejar, cruzar calles, etc.
Seleccionaremos la técnica de acuerdo con el momento que estemos viviendo
Aunque existen muchas opciones para meditar, nos vamos a concentrar específicamente en tres tipos de técnicas que nos permiten tanto relajarnos como aprovechar el tiempo al cien por ciento sin necesidad de parar por completo:
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La primera es la meditación de atención plena (Mindfulness):

Es un concepto que hace unos años se volvió muy popular. Se trata de una meditación que consiste en enfocarte en el presente. Si bien es un concepto muy profundo, retomaremos sus bases, que se enfocan en poder hacer una repetición mental nombrando lo que está pasando en este momento para que no se nos escape. Queda perfecto cuando la ansiedad está llegando y para cuando estas haciendo ejercicio, caminando, cocinando, en transporte. Ejemplo: En este momento estoy sentada sobre una banca color blanco, está fría, tengo puesto un abrigo café de pana, etc.
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La segunda esta enfocada en concentrarte en respiración o movimientos:
Si bien la mayoría de las meditaciones intentan recordar los ritmos de respiración y hacerlos conscientes, esta técnica intenta que sea el centro de atención por completo. La idea es que sientas las sensaciones en las fosas nasales, el pecho o el abdomen al inhalar y exhalar. Concéntrate en todo tu aparato respiratorio. No cambies la forma de respirar, solo obsérvala tal como es. Verás que poco a poco sentirás cómo se regula. Puedes también hacer un conteo hasta llegar a 10 y vuelves a iniciar, en cuanto a las veces que inhalas. En este ejercicio, sí es necesario desconectarnos un poco del medio que nos rodea. Puedes dedicarle incluso uno o dos minutos.
De igual manera, puedes hacerlo concentrándote en sentir tu cuerpo: las sensaciones, movimientos, etc. Es ideal para cuando puedas cerrar los ojos y estes relajada, entonces, puede ser a punto de dormir, en el transporte si es un tramo largo y vas sentada, en un lugar seguro.
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La tercera es la meditación guiada:
Esta es una de las más fáciles, pero de las que requiere de más tiempo y concentración, así como de un espacio seguro y tranquilo, pues tendrás puestos tus audífonos. En cualquier plataforma encontrarás muy buenas grabaciones que te irán indicando desde ritmos de respiración, ejercicios de imaginación, etc. Puedes encontrar desde 15 minutos hasta la hora completa. De preferencia, intenta completar tu sesión, pues muchas veces están estructuradas para abrir ciertos temas y cerrarlos al llegar al final de la grabación. Esta es perfecta para cuando puedes tomarte un tiempo de total desconexión y bastante amplio, sobre todo en casa.
¿Qué lugares puedo aprovechar para hacer meditación?
Mientras haces ejercicio:
Este tipo de meditación se hace durante actividades que mantienen un movimiento rítmico, como el Tai Chi, la caminata, la natación y el ciclismo, entre otros deportes. Cada vez que das un paso, un movimiento o mientras pedaleas, puedes enfocar tu mente. Trata de poner tu mente en blanco y concéntrate en cada movimiento rítmico que haga tu cuerpo. Al término del ejercicio te sentirás más relajada y enfocada. Funciona muy bien con ejercicios solitarios, pues te puedes concentrar en ti.
Antes de dormir o al despertar:
Muchas veces lo primero que hacemos es utilizar el celular por al menos 10 minutos. Te invito a cambiarlo por la meditación. Aquí queda perfecta la meditación guiada porque te permite, inclusive, iniciar tu día con energía y mucha disposición. Puedes hacer estiramientos mientras la escuchas. Recuerda que, si sientes que no te alcanza el tiempo, vale siempre la pena levantarte un poquito antes.
De camino al trabajo
Depende un poco de si vas parado o sentado para el tipo de técnica, que puede ser desde ser consciente de tu respiración o movimientos (sobre todo si tienes un espacio de caminata), escuchar un audio (si vas sentado y no debes poner mucha atención) o regresar al presente. Me parece que el último puede servir un poco más en general para que no causemos ningún tipo de accidente.
En medio del trabajo
Hay meditaciones que nos roban un minuto. Queda perfecto para poder rendir mejor e incluso descansar los ojos de las pantallas. Cada media hora o una hora permítete respirar y ser consciente. Se tiene que volver una práctica que se sienta natural e incluso necesaria, donde no normalicemos el estrés.
Antes o después de comer
Esto ayuda muchísimo para tener una mejor relación con la comida porque normalmente estamos distraídos y no nos damos cuenta de qué es lo que necesita nuestro cuerpo. Aquí te recomiendo utilizar aquella que nos trae al presente, donde describas qué tanta hambre tienes, qué se te antojó, qué comerás, qué deseas incorporar a tu dieta. Evita las pantallas y anímate a una cita consciente contigo misma.
Al tomar una ducha
Esta resulta una práctica muy agradable: enfócate en las sensaciones del agua, el jabón, la temperatura. Que sea tu momento. Saldrás lista para conquistar el mundo, pero también relajada y sin estrés.
Lo ideal es meditar de 15 a 20 minutos diariamente, pero con un solo minuto lograrás sus provechosos efectos. Lo importante no es la cantidad de tiempo que lo hagas, sino la constancia. Por eso, haz de la meditación un estilo de vida. Verás cambios muy bonitos en tu día a día.
Esperamos que todos estos consejos te sean de mucha ayuda. Cuéntanos: ¿Qué tip es el que crees que te funcionará más? ¿Te gustaría saber algo más sobre la meditación?
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