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¿Cómo llevar una dieta saludable desde pequeños?

Establecer hábitos de alimentación sanos no es fácil, más aún si se intentan cambiar en la edad adulta. Lo recomendable para todos los padres es que inicien a los bebés cuando empiezan a combinar la leche materna con otras comidas, en regímenes sanos para que tengan una vida saludable desde sus primeros meses.

Comer balanceado, sin sacrificar alimentos que gusten o que sean culturalmente indispensables y permitiéndose alguna glotonería de vez en cuando, es posible si se elige bien la dieta y se consumen las vitaminas necesarias (bien sea en alimentos o suplementos) para que el cuerpo pueda hacer sus funciones orgánicas sin problemas.

¿Qué vitaminas deben ingerirse como complemento a los alimentos?

Para elegir las vitaminas que se deben ingerir en cada caso, es importante consultar en caso de los niños, a un pediatra, o a un médico o nutriólogo que haga una evaluación de cada paciente, su edad, peso y actividades diarias y, en función de esto pueda establecer cuáles tomar y si hay que acompañarlas de algunos minerales.

Sin embargo, se pueden ingerir periódicamente las siguientes vitaminas en suplementos o cápsulas:

Vitamina A

Se suele denominar también retinol y es muy conocido por sus extraordinarias ventajas para la piel. Pero, este nutriente también contribuye a una buena visión y al fortalecimiento del sistema inmunitario.

Entre las fuentes naturales de vitamina A se encuentran los grelos, los mangos, el pimiento, los guisantes, las remolachas y las zanahorias.

Complejo B

Las vitaminas que conforman el complejo B son las B1, B3, B6 y B12. La producción y el crecimiento de glóbulos rojos, el mantenimiento saludable de las células nerviosas y la prevención de algunas formas de anemia dependen de este grupo de vitaminas.

El organismo puede obtener este nutriente a través de una dieta equilibrada que incluya hígado de ternera, pescados, carnes rojas, leche y sus subproductos, huevos, moluscos y otras proteínas de origen animal.

Vitamina C

También es conocida como ácido ascórbico. No solo es capaz de mejorar el sistema inmunitario, sino que también es el mejor antioxidante de todos (junto con la vitamina E). Ayuda a reparar el daño causado por los radicales libres en todas las células del cuerpo.

Además, contribuye al desarrollo de los vasos sanguíneos y del colágeno. Los cítricos como el pomelo, las naranjas y los limones, así como una serie de verduras como el brócoli, los tomates, el perejil y la col rizada contienen una fuente natural de vitamina C.

Vitamina D

Al facilitar la absorción de calcio y fósforo por el organismo, la vitamina D es perfecta para fortalecer los huesos y para prevenir problemas músculo-esqueléticos.

La vitamina D es, asimismo, necesaria para el crecimiento y el desarrollo del organismo porque todas las células la necesitan para crecer y formarse. Junto con el complejo B y el hierro, es garantía de un organismo sano. La vitamina D abunda de manera natural en el salmón, las sardinas, el atún, los huevos, las setas y los aceites de pescado.

¿Qué debe incluir una alimentación saludable?

Cuando se habla de alimentación saludable se trata de una dieta equilibrada que incluya todo tipo de alimentos. Es decir, debe contener proteínas, carbohidratos, cereales y grasas.

Obviamente, no todas las dietas son para todas las personas. Los alimentos que se elijan para consumir y sus porciones van a estar delimitadas por la edad, la condición de salud de cada persona, el peso, la actividad física diaria y otros factores, entre los que destacan la ubicación geográfica (alimentos disponibles) y factores culturales.

Sin embargo, se considera que un plato es saludable cuando tiene proporciones determinadas de ciertos alimentos:

  • Proteínas: deben ser entre el 20 y 25% del total de una comida. Esto incluye carnes, pescados, huevos, lácteos.
  • Carbohidratos: está representado por el arroz, las patatas, la pasta y similares. Deben componer el 50 o 55% del total de un plato.
  • Grasas: no debe exceder el 5% del total de un plato. Se debe considerar el aceite, mantequilla y similares usados en la preparación.

Vegetales: entre un 25 y 30% de vegetales en un plato pueden ser representativos de una dieta saludable.

 

 

 


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