
¿Cómo cuidar tu piel de la contaminación y la vida diaria?
Para poder comprender cómo cuidar nuestra piel, lo primerito que debemos hacer es darle un vistazo a comprender qué es nuestra piel y cuál es su función, así como su importancia. La piel es el órgano más grande que tenemos, y su principal función es ser una barrera, es decir, algo así como una capita que cubre todo lo que hay debajo de ella. Y te preguntarás, ¿pero de qué tendría que protegerme? Bueno, de todo el medio que nos rodea, incluyendo el tema del sol y toda la contaminación de la que estamos rodeados.
De igual forma, nos ayuda un montón a regular nuestra temperatura y nos permite conocer el mundo por medio del tacto. Entonces, prácticamente la piel es de lo más importante que tenemos, por lo que debemos cuidarla como a nada en el mundo, pues mientras mejor la tratemos, más podrá seguir haciendo su trabajo. La piel no solo es eso que nos ayuda a ser guapos o hermosos, tiene funciones mucho más allá, por lo que es necesario entrar desde esa visión para entender cómo cuidarla.
Ahora, la piel como tal tiene, aunque parece ser algo delgadita, pues no, resulta que está formada por tres capas súper importantes:
- La capa externa (epidermis) que nos ayuda a sentir y también nos regala ese color precioso que tenemos gracias a la melanina que contiene.
- Después viene la intermedia (dermis), esta es la encargada de crear colágeno y elastina, que dan elasticidad y firmeza a la piel. Incluso aquí encontraremos pequeños vasos sanguíneos y muchas glándulas, al igual que terminaciones nerviosas.
- Por último, tenemos la capa más profunda (hipodermis), esta creada por tejido adiposo, nos ayuda con el tema de la temperatura y, muy importante, es la que amortigua cada impacto que podamos recibir.
Entonces, cada parte de la piel es súper importante y debemos cuidarla, y cuidarla no solo requiere de que nos veamos jóvenes, sino de que tengamos salud y no sobrecarguemos sus funciones. La idea es permitirle tener procesos a su ritmo y sin llevarla al extremo. Y aunque no lo creas, de repente hacemos cosas que podríamos pensar como detalles, pero en realidad sí la afectamos bastante.
Ahora conozcamos de qué la queremos proteger. Para empezar, hablar de la vida diaria es hablar inclusive de los pequeños accidentes que tenemos cuando nos golpeamos con lo que sea a nuestro paso, del sol, pero uno de los puntos más importantes es la contaminación. La contaminación es cuando introducimos a nuestro ecosistema un montón de químicos y sustancias que vienen a perjudicarlo, rompiendo el equilibrio natural, lo cual no solo nos afecta a nosotros, sino también a plantas y animales, en tierra y mar. Es entonces que nuestra piel debe encargarse de cuidarte de algo que no es natural, que es muy fuerte y está por todos lados. Cuando caminamos, estamos expuestos al smog, cenizas, polvo, esporas de moho, humo de cigarro, ozono, polen, emisiones contaminantes de fábricas. La piel es muy afectada. Y como cada partícula de contaminación puede ser 20 veces más pequeña que un poro de la piel, estas penetran con mucha facilidad y evidentemente la mayoría pasan desapercibidas.
La contaminación ambiental acelera el desgaste de la piel. Además, aumenta la generación de radicales libres, disminuye el aporte de oxígeno y de las vitaminas E y C en los tejidos. Al entrar en la piel, la contaminación puede causar inflamación, que puede convertirse en eczema, provocando enrojecimiento, hiperpigmentación y manchas oscuras. Las partículas de contaminación pueden penetrar de manera profunda en la piel, rompiendo el colágeno y la elastina. También deshidrata la piel, tapa los poros y provoca poros abiertos, puntos negros y aumenta los brotes de acné. Sin embargo, ahora que entendemos a qué nos enfrentamos y qué debemos cuidar, nos será más sencillo cuidar la piel. Empecemos:
¿Cómo cuidar la piel de la contaminación?
Para proteger tu piel vamos a implementar una rutina, es decir, a diario deberás llevar a cabo estos cambios para que realmente se vuelva efectivo.
Utiliza protector solar. Este es el paso número uno en el mundo. La contaminación también ha provocado cambios en el sol que recibimos a diario, por lo que utilizar protector debe ser la base para ti y tu familia, incluyendo niños pequeños. Recuerda que el mínimo son dos dedos de producto por toda la carita, incluyendo orejas y cuello. Otra cosa importante: el FPS que nos brinda un númerito no es qué tanto nos filtra el sol, sino tiene que ver con la resistencia de tu piel, algo así como el tiempo aproximado que tu piel podría aguantar un poco más de tiempo sin quemarse, pero aun así esto es lo de menos. Gracias a todos los cambios climáticos, se recomienda estar en el sol máximo de 15 a 30 minutos como máximo. Todos los protectores tienen una filtración de entre 93% y 99%:
FPS 15: 93% de los rayos UVB.
FPS 30: Filtra aproximadamente el 97% de los rayos UVB.
FPS 50: El 98% de los rayos UVB.
FPS 100: Aproximadamente el 99% de los rayos UVB.
Entonces, consigue un buen bloqueador, que esté avalado sobre todo por dermatólogos. Otro tip es evitar exponerte entre las 10 de la mañana y 4 de la tarde, esto porque tiene mucha más intensidad. Y lo más importante: reaplica tu protector al menos cada 3 o 4 horas.
Utiliza gorra y ropa de manga larga. Aunque no lo creas, cubrirla también es importante. Sé que a veces el calor es insoportable, pero si estarás expuesto, si es necesario, cúbrete bien.
Hidrátate: No hay nada que le brinde mayor protección que esta. Como sabrás, para tener una buena salud el agua es indispensable, agua simple. Ayuda a mantener la elasticidad y brillo, evita la deshidratación que provoca que se seque o se ponga áspera, ayuda a mejorar la circulación en esos vasos sanguíneos, permite que se transporten los nutrientes y oxígeno a las células de la piel, evita una piel excesivamente grasa o seca y nos ayuda a desintoxicar todo, evitando hinchazón. Hay aplicaciones que, de acuerdo con tu estatura y actividad física, te pueden ayudar a calcular la cantidad que requieres y, si no, siempre es bueno ir con un experto, un nutriólogo.
Aliméntate bien. Así como el agua importa, también la comida. Es bueno consumir alimentos que contengan antioxidantes, ricos en vitamina C, E y A, y clorofila. Y es muy importante mantenerse hidratado para poder filtrar adecuadamente las toxinas.
Lava a diario tu rostro, dos veces al día: Por la mañana y por la noche. No creas el mito de que tu rostro se desgasta, al contrario, todo el tiempo se ensucia, entonces tenemos que cuidarlo. Utiliza jabón neutro, jamás de aroma o colores, porque provocan irritación y desgaste. No importa si te maquillaste o no, hay que lavar.
Hidrata tu cuerpo. Siempre tienes que tener a la mano un tarrito de crema. Es necesario que después de bañarte y durante el día, si por ejemplo lavas tus manos, vuelvas a ponerte crema.
No rasques, raspes ni utilices sacate, esponja o cualquier derivado. Lo que realmente puede dañar tu piel es lastimarla, ya sea con las manos, las uñas o con sacates. Esos estropajos o como le llamemos no sirven, maltratan y hacen que la piel se desgaste. Si acaso, cada tanto puedes usar un jabón especial exfoliante, pero no es diario. Lo ideal es solo pasar nuestro jaboncito. Esto es para todo el cuerpo.
Evita exponerte a la contaminación, en la medida de lo posible. Evita hacer deporte cerca de calles muy transitadas y no estar mucho tiempo al aire libre en días de alta concentración de contaminantes.
No te toques tanto. Así es, hay que evitar tocar la cara o cualquier parte de tu piel sin antes lavarte las manos y limpiar objetos como el celular, pues muchas veces esa suciedad se lleva fácilmente hacia la piel sin que lo detectemos. Lleva contigo gel antibacterial y no olvides ponerte crema después.
Deseamos que todos estos consejos te sirvan un montón para tener una nueva rutina y disfrutar del cuidado de tu piel.
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