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Automedicación a niños, peligros y consecuencias en tu hijo

La automedicación no es recomendable a ninguna edad, pero en los niños lo es aún menos. Aunque tengas medicamentos a mano en tu hogar, debes llevar a tu hijo a ver a un pediatra antes de administrarle cualquier tipo de medicamento.

Un profesional médico le proporcionará indicaciones específicas sobre cómo tratar los síntomas de tu hijo. La automedicación en los niños es un hábito muy peligroso y desaconsejable. Sin embargo, a pesar de los riesgos que implica esta práctica, es muy común que los padres les den a sus hijos medicamentos sin consultar primero a un profesional.

 

Niños automedicados: un hábito peligroso.

La automedicación es la administración de medicamentos o remedios naturales sin la supervisión de un experto médico. Los efectos secundarios de esta práctica pueden poner en riesgo su salud, tanto a corto como a largo plazo. En algunos casos, la automedicación puede incluso ser fatal. Los padres a menudo tratan un dolor de estómago simple con el analgésico incorrecto. Otro error común es cuando los padres administran antibióticos a sus hijos cuando tienen fiebre, sin consultar primero con un médico.

La persona adecuada para tratar las dolencias de los niños es un especialista pediátrico. Solo un pediatra tiene los conocimientos y la capacitación necesarios para realizar un diagnóstico adecuado y decidir el tratamiento correcto. Nunca debes comparar los síntomas con los de otros niños, ni que la información que puedas buscar en Internet sea determinante.

 

Antibióticos

Muchos padres cuando llevan a su hijo al médico por enfermedades como gripe, infecciones víricas, dolor de garganta o un resfriado, esperan automáticamente que le receten un medicamento, normalmente antibióticos. Y se quedan extrañados y hasta se enfadan, si salen de la consulta del médico con las manos vacías.

Después de todo, ¿hay algún padre que no desee que su hijo se recupere lo antes posible? Pero el médico de tu hijo podría estar haciéndoles un favor, tanto a ti como a él, si no le recetara nada.

El uso frecuente e inadecuado de los antibióticos puede hacer cambiar a las bacterias u otros microbios, de tal modo que los antibióticos dejan de ser útiles para luchar contra ellos. Esto recibe el nombre de «resistencia bacteriana» o de «resistencia a los antibióticos». Para combatir estas bacterias resistentes se necesitan dosis más altas de medicamentos o antibióticos más fuertes. Debido al abuso de los antibióticos, algunas bacterias se han vuelto resistentes incluso a los antibióticos más potentes que existen en la actualidad.

Por ejemplo con los virus, el sistema inmunitario es capaz de combatir algunos virus antes de que enfermen al organismo, pero hay otros virus (como los que provocan los resfriados) que deben seguir su curso. Los antibióticos no sirven para combatir virus.

En el caso de las bacterias, los antibióticos si son eficaces pero es importante tener en cuenta que: las bacterias son microorganismos vivos que existen como células independientes. Las bacterias están por todas partes y la mayoría no causan ningún daño; en algunos casos, hasta son beneficiosas. La bacteria lactobacillus, por ejemplo, vive en el intestino y ayuda a digerir los alimentos.

Pero algunas bacterias son nocivas y pueden provocar enfermedades cuando invaden el cuerpo humano, se multiplican e interfieren en los procesos normales del organismo. Los antibióticos son eficaces contra las bacterias, porque funcionan matando a estos microorganismos, al impedir que crezcan y se reproduzcan.

 

Administración

Recuerda que es extremadamente importante que tome el tratamiento en los horarios y durante todos días prescritos por el doctor, los antibióticos solo son eficaces para tratar infecciones bacterianas si se toman durante todo el tiempo prescrito por el médico. Habla con tu farmacéutico si no estás segura de cómo darle a tu hijo la dosis correcta.

Los medicamentos tardan un tiempo hacer efecto, por lo que no esperes que se encuentre mejor después de tomar la primera dosis. La mayoría de los niños tardan de 1 a 2 días en encontrarse mejor. Tampoco dejes que tu hijo tome antibióticos durante más días de los prescritos.

Nunca utilices restos de antibióticos que tengas en por tu casa. Tampoco le des nunca antibióticos que fueron recetados para otro miembro de la familia, sea niño o adulto.

Guardar antibióticos «para la próxima vez» también es una mala idea. Cualquier resto de antibiótico se debe eliminar lo antes posible cuando el niño termine el tratamiento.

 

Fármacos de venta libre

Si tu hijo no padece ninguna enfermedad, si no está en tratamiento con otros medicamentos y se trata de un proceso banal, la automedicación con algunos fármacos de alivio sintomático (fiebre, dolor…) no supone un riesgo. De hecho, forma parte de los objetivos de salud pública la capacitación de la población, en nuestro entorno de los padres, en la autonomía del cuidado de su salud en dolencias banales.

En cualquier caso, puede ser aconsejable que cuando acudas a las visitas con su pediatra pidas consejo sobre el manejo y el tratamiento, con y sin fármacos, de enfermedades comunes en la infancia, tales como los catarros. En muchos casos se trata de infecciones leves y autolimitadas que no precisan de una atención médica pero sí de un adecuado consejo para aliviar sus síntomas y prevenir sus complicaciones.

Así, puede estar justificado el uso de algunos fármacos, como el paracetamol para aliviar la fiebre, el dolor o el malestar. En estos casos han de seguirse las recomendaciones que figuran en el prospecto para evitar el tratamiento con dosis inadecuadas, tanto por exceso, y con ello el riesgo de intoxicación, como por defecto, cuya consecuencia sería no aliviar los síntomas pero sí exponer al niño a los efectos adversos del fármaco.

En caso de que el niño esté en tratamiento con otros fármacos, o si padece alguna enfermedad crónica, es recomendable que consultes con su pediatra o con el farmacéutico antes de administrar otros medicamentos.

Es importante tener en cuenta también que los medicamentos de venta libre y los remedios de dietéticas y herbolarios no dejan de ser medicamentos, con su principio activo, por lo que se debe ser muy responsable y cauteloso en su dosis y administración.

 

Algunas de las muchas razones de por qué no medicar a los niños

¿Por qué no es bueno automedicar a mi hijo?

Errores en la dosis. Los estudios dicen que tres de cada diez niños automedicados no reciben la dosis correcta, ya sea por exceso o por defecto. Mientras que cuando la dosis es superior a la indicada existe peligro de intoxicación, en el caso contrario el riesgo es que el medicamento no tenga el efecto deseado.

Retraso en el diagnóstico. Al administrar el medicamento sin ningún tipo de valoración, los padres demoran el momento de acudir al especialista. El fármaco puede de alguna manera enmascarar una patología más grave y retardar su diagnóstico y tratamiento.

Exceso de antibióticos. Algunos padres por error automedican a sus hijos con antibióticos para tratar procesos víricos. El exceso de este medicamento puede provocar que el organismo del pequeño cree resistencia a él y cuando sea necesario administrarlo para tratar un proceso infeccioso, ya no sea efectivo.

Reacciones adversas. Algunos fármacos, si no se administran en la dosis correcta o no corresponden para tratar una determinada patología, pueden ocasionar algunas reacciones adversas en los pequeños, como erupciones cutáneas, vómitos o diarreas.

Resistencia. Como ya dijimos, el uso continuado, especialmente mal uso, como puede ser mala dosificación, generan bacterias cada vez mas resistentes. Se estima, que para el año 2050, la resistencia bacteriana será una de las principales causa de muerte.

 

Desafortunadamente, la automedicación enlos niños es una práctica mucho más común de lo que muchos creen. Por lo tanto, es necesario que los padres tomen conciencia de los peligros de este problema. No importa si los padres trabajan o si tienen poco tiempo, siempre debe hacer lo necesario para llevar a su hijo al médico cuando aparecen los síntomas.

Recordemos que es la salud de nuestros niños la que está involucrada, e incluso algo que pueda parecer inofensivo puede ser peligroso. La automedicación no es nada trivial, y conocer los posibles riesgos es muy importante.

 

Toda la información que te damos en este artículo es orientativa ya que cada persona es diferente por lo que para establecer un diagnóstico y un tratamiento es indispensable que acudas a tu médico.

 

Carolina González Ramos

Edda Virtual Solutions

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