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Beneficios de hacer ejercicio en la infancia

Existen conductas sumamente necesarias de adoptar durante los primeros años de vida. Es indiscutible que tanto el estímulo intelectual como la salud, la buena alimentación y la actividad física constituyen la base sobre la que se puede construir una vida de calidad en lo inmediato y a futuro.

El ejercicio durante la infancia, que es el punto en el que haremos el enfoque, no solo proporciona bienestar físico, sino que, además, puede resultar una excelente manera de fomentar la integración con sus pares. Lo que beneficia al equilibrio psicológico y emocional en los niños. Este artículo buscará abordar los principales beneficios del ejercicio durante la infancia

Fortalecimiento muscular

Es sabido que el ejercicio con un manejo responsable de elementos que aporten peso va a resultar en una mejora del tono muscular. Se debe tener en cuenta que el trabajo muscular no se trata de una cuestión estética, sino de fomentar el fortalecimiento de zonas críticas del cuerpo que contribuirá con la prevención de futuras lesiones.

Crecimiento y fortalecimiento óseo adecuado

Actividades como saltar, correr o, especialmente, nadar potencian y estimulan el crecimiento óseo gracias al estímulo que los tejidos reciben. El fortalecimiento de los huesos cumplirá un rol importantísimo durante la adultez ya que previene su debilitamiento y desgaste.  

Mejora la motricidad

Este aspecto es también importantísimo. Actividades como natación y bicicleta infantil ayudarán a los niños en el desarrollo tanto de las habilidades motoras finas como de las gruesas, además de que mejorará notoriamente la coordinación. Esto reafirmará su confianza y la sensación de independencia.

Control del peso

La obesidad es un tema que preocupa a muchos padres. El sedentarismo creciente y una mala alimentación pueden afectar considerablemente la calidad de vida de los niños. La actividad física temprana combinada con una adecuada educación nutricional fomenta una relación saludable con el cuerpo y la alimentación, lo que también previene futuros trastornos alimenticios.

Mejora la salud cardiovascular

Con tan solo una hora diaria de ejercicio realizando actividades como la natación, salto o los juegos activos, los niños fortalecerán el sistema cardiovascular. El ejercicio aeróbico mejora de manera exponencial la circulación, ayudando así a prevenir problemas de hipertensión y enfermedades coronarias a futuro. 

Mejoras en el rendimiento mental y académico

Estudios realizados por la Universidad de Illinois concluyeron en que la actividad física y el rendimiento académico se encuentran directamente relacionados. En distintas pruebas realizadas notaron que los niños que se ejercitan tienen una mayor capacidad de concentración y mejores resultados en matemáticas y lectura en comparación con niños más sedentarios. El ejercicio estimula el flujo sanguíneo al cerebro, lo que mejora la función cognitiva, la concentración y la memoria. 

Aumenta la creatividad y la capacidad resolutiva

La experimentación de los niños mediante ejercicios lúdicos permite la exploración de su entorno y estimula el desarrollo de habilidades para la resolución de problemas. Incentivarlos a realizar actividades al aire libre con actividades que los sumerjan en el entorno fomentan la creatividad y la búsqueda de resultados mediante la investigación y la creación de estrategias.

Mejora las habilidades sociales

Las actividades de juego grupales fomentan el desarrollo de habilidades en la interacción de los niños con sus pares. Mediante ejercicios colaborativos, los pequeños aprenden a buscar la manera de trabajar en equipo, buscar el consenso y manejar los conflictos. Impulsar este tipo de experiencias son fundamentales para que aprendan a convivir e interactuar con sus pares de manera sana y contribuir al desarrollo social y emocional.

Reduce la ansiedad y enseña a manejar el estrés

Mediante el ejercicio, los niños pueden canalizar su estrés de una manera sana y segura. La actividad física libera la tensión acumulada mientras que los ayuda a gestionar sus emociones. Además, la liberación de endorfinas colabora con la sensación de bienestar y fomenta el buen descanso. 

Mejoras considerables en el descanso

El ejercicio regular tiene un impacto directo en la calidad del sueño. Los niños que realizan variadas actividades físicas durante el día tienden a conciliar el sueño más rápido, a tener un sueño más profundo sin interrupciones durante la noche. Un sueño adecuado es esencial para el crecimiento, el desarrollo cognitivo y el bienestar emocional de los niños. Las actividades físicas en su rutina, especialmente si se realizan al aire libre, pueden mejorar significativamente los patrones de sueño de los niños, ayudándolos a estar más alertas y felices durante el día.

Incentiva a los niños a ser más disciplinados

La actividad física enseña valores muy importantes como la disciplina, la perseverancia y la superación de desafíos. Participar en deportes, sea fútbol, tenis o basket; o, simplemente, mantener una rutina diaria de ejercicios enseña a los niños a fijarse metas, a esforzarse por alcanzarlas de manera comprometida y a no rendirse ante las dificultades que se presenten, aprendiendo a lidiar con los fracasos de manera constructiva.

Enseña a crear rutinas

Los niños también aprenden a establecer rutinas de ejercicio desde una edad temprana, lo que ayuda a los niños a comprender la importancia de mantenerse activos. Incluir el ejercicio en la rutina diaria puede ser tan sencillo como ir y volver caminando a la escuela, jugar con amigos en el parque después de clases o participar en deportes extracurriculares. Una buena idea es crear un espacio familiar en el que se incluyan actividades compartidas, como caminatas o juegos al aire libre durante el fin de semana. Esto puede ayudar a establecer estos hábitos saludables de manera natural.

Ayuda a establecer una relación positiva con el cuerpo y el ejercicio 

Cuando los niños realizan y disfrutan del ejercicio, suelen desarrollar una mayor autoestima y una actitud más positiva frente a la vida. Por otro lado, aprenden a disfrutar del movimiento desde una edad temprana ayuda a establecer una relación sana con su cuerpo y la percepción que tienen de este. Estos aspectos son cruciales para el desarrollo de su autoestima y el manejo de su seguridad y autoconfianza.

El ejercicio como base del desarrollo

Además de tratarse de un medio de distensión y entretenimiento, el ejercicio es una de las herramientas más importantes para el desarrollo físico, cognitivo y social de cualquier persona. De ahí la importancia de fomentarlo durante la niñez. Siempre se puede comenzar comprando una bicicleta o apuntarlos a clases de natación. Será una inversión a futuro para su salud.

ico mamatips
Escrito por:
2024-08-19

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