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Ejercicios para recuperar la figura después del parto

Una de las experiencias más importantes en la vida de un mujer es la etapa del embarazo. En realidad es un proceso que puede ser increíble pero que a su vez esta lleno de muchas preocupaciones y ocupaciones. Como gestantes  planificamos la espera del bebé a detalle, con el objetivo de que todo salga perfecto pero en ocasiones nos dejamos de lado. Algo de lo que casi nunca se habla y debemos normalizar es sobre el cuidado del cuerpo y su recuperación. El hecho de preocuparnos por nosotras no significa que estemos dejando de lado a nuestro bebé o su importancia. Al contrario, si cuidamos de nosotras tendremos más herramientas para cuidar de nuestro bebé. El tema de la recuperación puede ir en dos sentidos, el primero es a nivel salud, funcionalidad y el segundo la comodidad.

Lo primero que tenemos que aclarar es que ni ahora ni antes tienes porque tener o alcanzar un cuerpo específico, por lo que estos ejercicios no tienen ese objetivo, no son para hacer feliz a nadie más que a ti. Servirán para ayudarte a conectar con tu cuerpo, a mantenerlo saludable después de un trabajo tan enorme como lo es crear vida. Te permitirá tener más energía e ir recobrando tu cotidianidad. Otro punto importante es que tu cuerpo pasó por un proceso importante, por lo que así como antes nunca volveremos a tener el mismo cuerpo, deja de compararte con fotos anteriores a tu embarazo, pues es como si quisieras comparar tus fotos de adolescente con tus 20, 30 años, nada que ver, ninguna versión es mejor que otra, es parte de tu historia. Así que vamos a hacer todo para cuidar el cuerpo que nos permite hacer todas nuestras actividades.

Una vez que termina el embarazo percibimos muchos cambios. No solo emocionalmente, ya que estamos expuestas a la conocida depresión post-parto. Sino también a diferentes cambios físicos que por lo general, suelen sernos muy ajenos. Se calcula que el cuerpo tarda entre 9 y 12 meses para volver a un estado de desinflamación, por lo que suele ser común que nuestra pancita se vea muy parecida a los primeros meses de embarazo. Recuerda la emoción que te daba verla así. Las personas y la critica estética son lo más incoherente, mismo cuerpo, diferente discurso, cuando tenias unos 5 meses te decían, que linda pancita eres muy afortunada, y ahora el discurso puede tornarse a debes eliminar eso, no es bonito. Así que soltemos esos discursos y disfrutemos.

La piel después del parto – y el organismo en sí- no se recupera tan pronto como se estima. El cuerpo necesita algunas semanas de descanso para su recuperación y adaptación a los cambios producidos por el nacimiento del bebé.

La zona más sensible es el vientre, y es en la que nos enfocaremos, pues es la que hizo el trabajo más duro. Este puede verse marcado por la “línea alba” que aparece por el aumento de melanina. A partir del cuarto mes de gestación aproximadamente se puede observar como la línea va del pubis al ombligo. De igual manera el pecho suele cambiar mucho, los pezones se tornan más grandes y obscuros, todo como una respuesta biológica para que el bebé pueda alimentarse. Esto ultimo, aunque no tiene como tal un proceso para volver a su color original, si podemos hacer mucho para cuidar la piel y evitar dolor. Puedes preguntar a tu dermatólogo/a, y mirar opciones para sentirte más tranquila.

Ahora si volvamos al vientre y a nuestro piso pélvico, veamos los ejercicios que podemos hacer para que se recuperen.

¿Cómo ejercito mi vientre y suelo pélvico después de dar a luz?

El suelo pélvico, los músculos y ligamentos que componen el vientre están debilitados. Como consecuencia, la vejiga, el intestino delgado, la uretra, el recto y la vagina podrían descender. Por ello, se debe esperar entre 4 y 6 semanas para comenzar el ejercicio a intensidad suave.

Según la página FITBOOK, el abdomen tarda entre 5 o 6 meses para regresar a su estado natural, entonces es un buen tiempo para iniciar con ejercicios leves. Por ello, a continuación te recomendamos algunos ejercicios de baja intensidad pero efectivos para que los músculos del vientre se fortalezcan y gradualmente todos tus órganos vayan a su lugar, y sobre todo para no poner en riesgo tu salud.

  • Elevación de cadera: este ejercicio previene dolores lumbares, aliviar el malestar en la región púbica y refuerza la pelvis. Consta de colocarse boca arriba, con las rodillas flexionadas y abiertas a la altura de los hombros. Posteriormente se levanta la pelvis hasta la altura de los dorsales. Es preciso ejercer mayor fuerza en los glúteos para proporcionar estabilidad a la pelvis.
  • Elevar las piernas: en la misma posición como el ejercicio anterior, boca arriba, se deben estirar las piernas y elevarse hasta alcanzar un ángulo de 90 grados. Aguantando unos segundo con las piernas en el aire, se bajan lentamente y se repite el ejercicio sin dejar que toque el suelo. En esta actividad se trabaja la zona lumbar y abdominal.
  • Sentadillas: Su posición se basa en colocar las piernas abierta -un poco- a la altura del ancho de las cadera, estirar los brazos hacia adelante y los pies abiertos hacia afuera ligeramente. El peso debe mantenerse en los talones, sobre todo cuando se baja del todo, y el tronco debe estar erguido. Así por varias repeticiones. Este ejercicio permite que se trabaje la zona abdominal.
  • Pilates: muchos consideran que el pilates es un ejercicio únicamente de relajación y están en error. El pilates favorecen el fortalecimiento muscular. Esta actividad permite mantener diferentes movimientos y posturas del cuerpo, por lo que los músculos se contraen especialmente en la zona del abdomen -principal lugar donde se esperan los resultados- espalda y glúteos. De este modo consigue músculos más fuertes y definidos.

No solo es una actividad física, también mental. Para practicar cada movimiento se requiere concentración para controlar el cuerpo y hacer que los músculos trabajen correctamente. Es considerado una actividad efectiva y proporciona más energía para el día a día.

En definitiva el embarazo trae consigo una gran variedad de alteraciones en el cuerpo, pero muchas de ellas pueden mejorar con actividades seguras y con una alimentación nutritiva. Solo es cuestión de organizarse, tener paciencia y disciplina, pero sobre todo amor y agradecimiento a tu cuerpo.


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