Los probióticos han sido recomendados de generación en generación, y seguramente has escuchado que son excelentes para el cuidado de tu estómago. Sin embargo, es posible que tengas muchas dudas sobre su consumo, beneficios, dónde encontrarlos, la frecuencia con la que deberías consumirlos y para quiénes están indicados.

Por eso, en este artículo hablaremos sobre todo lo que necesitas saber acerca de los probióticos antes de incluirlos en tu rutina. ¡Comencemos!

¿Qué son los probióticos?

Primero que nada, vamos a entender qué son. Verás, son microorganismos vivos (principalmente bacterias y levaduras). Cabe mencionar que no se trata de cualquier tipo, sino que son seleccionados con mucho cuidado en alimentos o productos farmacéuticos, pues tienen la capacidad de sobrevivir en nuestro sistema digestivo para cumplir varias funciones, principalmente ayudar a nuestra microbiota intestinal a encontrar un equilibrio. ¿Y a qué me refiero con eso? Bueno, se trata de encontrar un equilibrio entre bacterias necesarias para un buen funcionamiento de nuestros intestinos.

Hay diferentes géneros, especies y cepas de probióticos, los cuales se pueden consumir por medio de ciertos alimentos o como suplementos. Estos modifican el pH desfavorable para los microorganismos patógenos, desechan los radicales superóxidos y refuerzan la barrera intestinal. Hay unos más efectivos que otros, pues se mantienen vivos más tiempo en el organismo. Lo importante al elegir el suplemento adecuado es que tenga una alta población de bacterias buenas. Un billón de bacterias es lo mínimo recomendado para que funcione. 

Cuando hay desequilibrio en el intestino o nos hacen falta estos probióticos, disminuye la flora intestinal y hay un aumento en las bacterias que ahí viven. También disminuye la cantidad de mucosa que provee la barrera intestinal. Se puede dar una alterada secreción de ácido gástrico, moco y sales biliares. Si bien originalmente pareciera que por sí solo el cuerpo debería tener esta salud, la vida cotidiana nos hace caer en desequilibrio constante, producto de una dieta no nutritiva, estrés o incluso medicamentos. Y podemos identificarlo perfectamente cuando tenemos constantemente diarrea, estreñimiento o inflamación, incluso una mayor posibilidad de infecciones.

¿Cuáles son las principales ventajas de consumir probióticos?

Tenemos un millón de razones, pero entre las principales:

• Mejora la salud en general y la energía. Así es, aunque no lo creamos, el estómago también retoma una gran parte de la energía del cuerpo y, cuando de alguna manera no se encuentra bien, es posible que nuestra energía baje mucho, nuestro cuerpo no responda correctamente y el cansancio se haga presente. Entonces ten por seguro que verás cambios en tu ánimo.

• Reduce los niveles de colesterol malo. Esto es indispensable. Si bien lo recomendable es acompañar estos probióticos de una alimentación más balanceada, como tal nos ayudará a procesar de mejor forma esos alimentos que pueden caer algo pesados.
• Favorece la generación de jugos gástricos y de enzimas naturales.
• Reduce el crecimiento de hongos en el aparato digestivo.
• Reduce algunas alergias.
• Ayuda al organismo a prevenir ciertas infecciones y enfermedades. Es como tener un montón de soldaditos, te permitirá ser un poco más resistente ante enfermedades que encontramos en los alimentos todo el tiempo.
• Previene la aparición de infecciones vaginales, diarreas y reduce la intolerancia a la lactosa. Este punto casi no se retoma, pero es una forma en la que también tendrás menos infecciones vaginales; el aroma no será tan fuerte y te sentirás más segura.

¿Cuáles son los probióticos más recomendados?

Los Bacillus clausii se reproducen muy bien en el organismo y viven más. Una pastilla diaria de Enterogermina contiene dos billones de bacterias para cuidar la flora intestinal (Dra. Claudia Hurtado, médico pediatra).

Veamos cuáles son las principales ventajas del uso de Bacillus clausii como probiótico:

• Tiene dos billones de esporas.
• Tratamiento: cada 12 horas por cinco días, junto a un suero oral y zinc, en niños.
• Disminuye la duración de la diarrea.
• Acorta el periodo del vómito.
• Ayuda a la corrección de la deshidratación.
• Capaz de sobrevivir al bajo pH de la barrera gástrica.
• Se usa en casos de diarrea aguda infecciosa, diarrea asociada a antibióticos, para rinitis alérgica, alergias alimentarias, síndrome de colon irritable, prevención de disbiosis y estreñimiento.

¿Cuáles son los alimentos con probióticos que puedes consumir diariamente para mejorar tu flora intestinal?

Si lo tuyo es lo natural y prefieres evitar comprar directamente productos que sean farmacéuticos, te tengo varios productos que podrían ayudarte mucho a mejorar tu flora intestinal. Recuerda que, dependiendo de las marcas, puedes encontrar mayor o menor aporte nutrimental y de probióticos.

• Yogur
• Kéfir
• Chucrut (col fermentada)
• Pepinillos
• Té de kombucha
• Sopa miso
• Kimchi (plato típico asiático)
• Tempeh (suplente de tofu y de carne)
• Quesos blancos
• Pan de masa madre

¿Cada cuánto se consume y para quién se recomienda?

Este es un súper tema que casi no se retoma. Si bien resulta ser un gran suplemento, la respuesta es: depende. Para muchas personas puede funcionar genial consumirlo a diario y en realidad puede ser un gran aliado, sobre todo si lo haces por medio de alimentos naturales, pero si se trata de productos más especializados, encontrarás en sus instrucciones las sugerencias.

Normalmente se sugiere hacerlo por temporadas, descansar y continuar. Por ejemplo, si estás tomando medicamento, puedes hacerlo durante este periodo o durante una o dos semanas después de que termines el tratamiento, siempre y cuando no se contraindique. De igual manera, puedes tomarlo por unas semanas o meses y suspender la misma temporada. Esto dependerá un poco sobre cuál sea tu caso y qué indique tu médico.

Originalmente no son productos que puedan dañarte, pero sí modificar el funcionamiento de tu digestión, por lo que hay que ver cómo reacciona tu cuerpo y estar seguros de que ingieres los correctos para tus necesidades.

Eso sí, tenemos casos muy específicos en los cuales su consumo puede contraindicarse, entre los que encontramos:

Personas inmunocomprometidas. Es decir, que su sistema inmune esté muy delicado. Puede ser el caso de personas con cáncer o VIH; en este caso, podemos encontrar casos de infección.

Problemas de sobrecrecimiento bacteriano. Esto debido a que, como explicábamos al inicio, los probióticos son bacterias que, si bien están controladas y son específicas, en este caso pueden no apoyar con la recuperación del paciente.

Recién hospitalizados o con operaciones recientes.

Intolerantes a alimentos que los contienen. Claro que es agradable consumir alimentos que los contienen, pero si detectamos que somos intolerantes a estos mismos, lo indicado es evitarlos porque pueden causarnos mayor malestar que beneficios.

Niños pequeños o lactantes. Aunque algunas personas hablan sobre los beneficios para los cólicos, la realidad es que estos probióticos también pueden causar todo lo contrario. Por eso, especialmente con niños pequeños y lactantes, hay que consultar con el pediatra.

Esperamos que toda esta información te ayude como un primer acercamiento a buscar estos complementos que ayudarán a que tu microbiota encuentre el equilibrio y tú te libres de tantos malestares. De igual manera, recuerda siempre consultar a un médico para poder identificar qué es lo más indicado para tu caso.

Cuéntanos, ¿qué más te gustaría conocer sobre el tema?