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9 tips para mejorar la crianza de tus hijos

No cabe la menor duda de que lo que más deseamos como padres es que nuestros hijos estén bien equipados para enfrentar la vida. Desgraciadamente, las ocupaciones diarias y rutinas hacen que perdamos el rumbo de lo que en verdad queremos para ellos. Incluso, de repente nos aleja de la oportunidad de hacer actividades largas o bien organizadas.

Lo bueno es que nunca es demasiado tarde para enseñarles lo que en verdad importa y lo que los convertirá en personas que sepan tomar las decisiones correctas. Que, al final, estas enseñanzas vienen en el día a día y solo hace falta tenerlas más conscientes para poder empezar a transmitirlas. Empecemos.

1- Ayúdalos a ser independientes.

Nuestra labor más importante como padres es preparar a nuestros hijos a que en un futuro sean independientes. Es por eso que debemos ayudarlos a tener sus propias opiniones, a resolver sus problemas y a creer en sus habilidades. Por ejemplo: un bebé de dos años tiene la capacidad para vestirse por sí solo, pero nosotras, para ahorrar tiempo y para prevenirle a nuestro pequeño cualquier molestia, lo hacemos por él. Esto les roba la oportunidad de desarrollar sus propias capacidades y de sentirse útiles. Enseña a tus hijos a hacer las cosas por sí solos, así como a cooperar en la casa con pequeñas labores.

Sin embargo, te preguntarás por dónde empezar. Pues, primero que nada, identificando dos factores importantes. Uno, el tema de la comunicación: aprender como papás a brindar explicaciones e instrucciones claras. No se vale elevar la voz o perder la paciencia. Hay que permitirles varios intentos, así como dividir por pasos todo lo que pidamos. La parte más importante es evitar decirles lo que no queremos y expresar lo que esperamos.

Ejemplo: evitar los «te vas a caer» por «coloca tu pie sobre la barra y agárrate con ambas manos para evitar resbalar». Esto no solo les ayudará a ser independientes, sino también más valientes ante lo nuevo.

Lo segundo que debemos hacer como padres es permitir que observen y se acerquen con nosotros en las tareas diarias, no entretenerlos en otras cosas, sino permitirles explorar el mundo. Sí, es un trabajo pesado en un inicio, pero después tendrá muchos beneficios.

2- Aprender sobre las consecuencias de sus actos.

Este punto sí o sí tenemos que comprenderlo a profundidad. No se trata de castigarlos por todo y que eso sea algo que les vaya a ayudar. Muchas veces castigamos y la acción vuelve a repetirse. Lo que pasa es que vamos a necesitar enseñar a los pequeños que las consecuencias de los actos son inmediatas, y no somos nosotros como adultos quienes decidimos ni somos los malos.

Ejemplo: si un día pinta las paredes, no lo vas a dejar sin televisión toda la semana. Aquí la solución es que resuelva lo que hizo. Primero, entender su principal intención y canalizarla. Puede expresarnos que era una sorpresa y entonces explicamos que las sorpresas de pintura se hacen en hojas de papel o mostramos los materiales con los que está permitido. Después, acompañamos pero hacemos que resuelva y limpie sin que esto tenga que ser algo horrible. Podemos limpiar mientras ponemos música y nos divertimos.

3- No dejes de jugar.

Aparta 10 minutos de tu ocupado día para jugar con tus hijos. Este ritual tiene muchos beneficios, pues ayuda a que nos liberemos del estrés mientras nos conectamos con nuestros pequeños. Pero no solo eso, sino que el juego es una herramienta muy importante para su desarrollo, pues los enseña a ser más afectuosos, a que tengan una mayor autoestima y sean incluso más tolerantes.

Además, al hacer del juego una rutina divertida, verás cómo tendrás más energía y te sentirás mejor contigo y tus hijos. Aquí lo que te recomendamos es buscar juegos que sean cooperativos y no de competencia, pues esto les enseñará a trabajar en equipo y, más importante, a sentirse seguros mientras aprenden.

4- Disfrútalos por separado.

Cada hijo necesita un tiempo especial por parte de sus padres. Es por eso que, cada vez que puedas, pasa tiempo de calidad con cada uno de tus hijos por separado. De preferencia, deja que él o ella escoja lo que desea que hagan.

Esto ayuda a cada uno de tus pequeños a conectarse contigo y a sentirse sumamente especiales. De hecho, la mayoría de los padres que hacen este ritual aseguran que durante estos momentos es cuando han tenido una mejor comunicación con sus hijos. Además, permite que sea un espacio que aprovechen para contarte cosas más importantes, que incluso puedan explorar nuevas actividades.

5- Enséñales sobre límites.

Aunque esto resulta parte de la crianza, sobre la manera en que vamos guiándolos en la vida, la realidad también es que en ese proceso tenemos que hablarles de los porqués de cada límite, de la manera en que ellos pueden crear sus propios límites para cuidarse.

Sobre todo, enseñar asertividad en el camino. Esto ayudará a que, poco a poco, sus relaciones se vuelvan de negociación y, sobre todo, respetuosas, entendiendo el valor que tiene su opinión.

6- Predica con el ejemplo.

Todo padre desea educar a unos hijos responsables, compasivos, honrados, amables y confiables, y buscamos diferentes maneras de enseñarles valores sin darnos cuenta de que ellos aprenden más por imitación que con nuestras palabras.

Es por eso que la mejor manera de lograr que tus hijos introyecten esos valores es siendo un buen ejemplo para ellos. Así que la próxima vez que quieras gritarle groserías al conductor de al lado, que muestres discriminación por otra persona o que mientas, recuerda que tus hijos están viendo cada cosa que haces.

La idea es recordar que educar a los hijos no es un proceso solo para ellos, sino que va en ambas direcciones y que como adultos también aprendemos de esa interacción.

7- Practica la abrazoterapia.

Llámala como desees, el punto es que no hay mejor idea que agregar los abrazos a la vida diaria. Por ahí dicen que necesitamos dar o recibir 7 abrazos (bien dados) para poder mantener un estado de ánimo agradable, porque nos permite tanto obtener hormonas que nos suben la energía como también nos hacen sentir amados y cuidados, así como comprendidos.

Aprovecha cada cosa tierna que hagan o digan tus hijos para darles un fuerte abrazo. También enséñalos a despedirse de ti con un abrazo. Claro que parte de la enseñanza será entender las ocasiones en que lo cambien por palabras de afirmación u otro tipo de expresiones de amor.

8- Apaga todo.

Actualmente, los niños y jóvenes pasan demasiado tiempo al día viendo la televisión, usando pantallas y jugando videojuegos. Es por eso que una vez a la semana (si puedes más, mejor), apaga todo aparato eléctrico y videojuego que haya en tu casa.

De esta manera, tus hijos descubrirán nuevas maneras de entretenerse, como hacer deportes o disfrutar de juegos de mesa. Aunque, ojo, esto no se trata de una práctica individual, sino que es el momento que deben desear todos porque, como familia, se unirán a esta nueva práctica y se conocerán aún más. Incluso, te recomiendo que por semana cada uno proponga una nueva actividad.

9- Vuélvelos agradecidos.

Enseñar a tus hijos a agradecer lo que tienen y viven cada día es un gran regalo. Esto los volverá más positivos y descubrirán las pequeñas alegrías de la vida.

Una buena opción para lograrlo es alentarlos a descubrir qué evento fue el más agradable que tuvieron en el día. Pueden platicar sobre esto a la hora de la comida, cena o incluso antes de dormir. Es importante que tú les muestres el ejemplo y empieces la conversación diciendo: “Lo que agradezco del día o lo que me hizo feliz hoy es________”.

Ellos seguramente empezarán a hacer lo mismo y descubrirán que su día fue más agradable de lo que pensaban.

Esperamos que todos estos consejos te ayuden mucho a crear una relación aún más fuerte con tus peques mientras les enseñas todo aquello que los ayudará en su crecimiento. ¿Cuál ha sido tu consejo favorito?

ico nancy
Escrito por:
2025-03-09

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