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¿En qué consiste la Disciplina Positiva?

La Disciplina positiva enseña a los niños desde temprana edad a convertirse en miembros responsables, respetuosos e ingeniosos de sus comunidades.

Este método educativo, enseña importantes habilidades sociales para la vida de una manera que es profundamente respetuosa y alentadora para los niños y los padres.

Investigaciones recientes nos dicen que los niños están “cableados” desde el nacimiento para conectarse con otros, y que los niños que tienen una sensación de conexión con su comunidad, familia y escuela tienen menos probabilidades de portarse mal. La disciplina positiva se basa en el entendimiento de que la clave para una crianza positiva no es el castigo, sino el respeto mutuo mediante el dialogo.

Ayudar a los niños en su desarrollo entrenando sus cualidades y habilidades para que se conviertan en personas responsables, respetuosas e ingeniosas.

¿Qué te gustaría para el futuro de tus hijos?

Imagina que tu hijo tiene ahora 25 años y viene a visitarte. ¿Qué tipo de persona esperas ver? ¿Qué características y habilidades tendrá él o ella?

La disciplina positiva ayuda a los padres a capacitarse y comprender los desafíos ofrecen grandes oportunidades para enseñar a tus hijos las valiosas habilidades que ellos pueden desarrollar.

Por lo que podemos decir que La Disciplina Positiva es una filosofía de vida que, a diferencia de otros estilos de educación se basa en el respeto mutuo, y tiene en cuenta tanto las necesidades de los niños como las necesidades de los adultos.

Este modelo educativo tiene sus orígenes en los años 20 y se basa en la filosofía de los psicólogos Alfred Adler y Rudolf Dreikurs, sin embargo, a partir de los años 80 Jane Nelsen y Lynn Lott han fundado la Asociación de Disciplina Positiva y con ella, poco a poco se ha ido acercando esta filosofía a padres y profesores.

Es cierto que a veces la palabra disciplina nos hace sentir rechazo por las connotaciones negativas que puede implicar, sin embargo, es importante aclarar que la palabra disciplina viene del latín “disciplini o discipulus” que significa “seguidor de la verdad” o “enseñar”.

 

Los cinco criterios a tener en cuenta para una disciplina positiva según la autora Jane Nelsen en su libro “Cómo educar con firmeza y cariño” son:

– Es ser amable y firme al mismo tiempo (respetuosa y motivadora)

– Ayudar a los niños a sentirse importantes (Conexión)

– Ser eficaz a largo plazo

– Enseñar valiosas habilidades para la vida (Respeto, habilidad para resolver problemas, participación, colaboración, responsabilidad…)

-Ayudar a que los niños desarrollen sus capacidades y sean conscientes de ellas.

 

Conceptos básicos de la disciplina positiva

Los niños son seres sociales. El comportamiento se determina dentro de un contexto social, los niños adoptan decisiones sobre sí mismos, sobre los demás y sobre la manera de comportarse, basándose en cómo se ven ellos en relación a los demás y lo que creen que los demás sienten hacia ellos:

-Observan

-Piensan

-Sienten

-Deciden

 

El comportamiento debe estar orientado a metas

El comportamiento tiene un propósito, la principal meta es la de pertenencia y valoración, el mal comportamiento viene de la creencia equivocada de cómo lograrlo, los niños son buenos observadores pero no son tan buenos interpretando.

-¿Cuando un bebé no tiene una necesidad cubierta ¿qué hace para hacértelo saber?, llora para expresar algo.

– Cuando un niño o adolescente siente que esa necesidad de comprensión, de afecto, de conexión falla ¿qué hace? rabietas, rebeldía, puede en algunos casos llegar a ser violento.

Con el bebé inmediatamente intentamos averiguar cuál es la necesidad y proporcionársela, con los niños y adolescentes sólo atendemos a su conducta intentando por todos los medios sofocarla, pero no hacemos caso a la causa que provoca ese comportamiento. El niño confunde la manera de llegar a su objetivo, por eso es tan importante analizarse como padre, madre o educador para reflexionar si nuestra conducta invita a esa creencia equivocada. Si no contribuimos al bienestar de los demás no alcanzamos un óptimo desarrollo emocional y mental.

 

Relaciones horizontales.

Todos sin excepción tenemos derecho a dignidad y respeto.

Con la disciplina positiva se les enseña a los niños a pensar, se les enseña a reflexionar sobre su comportamiento y se elimina para siempre la obediencia ciega, que en la vida adulta sólo les traería problemas. La disciplina positiva enseña a los niños a comunicarse eficazmente, a pensar con flexibilidad y a tener una buena resolución de problemas.

Pero es necesario no confundir la disciplina positiva con dejar que tu hijo haga lo que quiera (esto sería una crianza permisiva, cargada de consecuencias negativas en los niños). Los padres que son demasiado relajados o permisivos, crearán a niños inseguros, con poco autocontrol y que tendrán graves dificultades para comprometerse con las decisiones o para asumir las consecuencias de sus actos.

 

Explicar a los niños que los errores son grandes oportunidades para aprender


Si a un niño se le somete a la humillación de la corrección de un error de manera irrespetuosa, puede no querer volver a intentarlo por temor, puede llegar a ser un adicto de la aprobación o incluso puede querer esconder la equivocación , en algunos casos con mentiras. Animar a exponer un error y qué aprendizaje salió de eso hará que los niños se recuperen del error, se reconcilien y lo más importante se enfoque en cómo solucionarlo, trabajando conjuntamente con ellos.

Asegurarte de que el mensaje que quieres transmitir es entendido, primero entabla la conexión y luego la corrección.

Teniendo en cuenta todos estos puntos se comenzaron a poner en marcha talleres de padres en EEUU y posteriormente esta metodología se extendió a varios países incluido México, con la ayuda de estos talleres se intenta ayudar al adulto a encontrar un respetuoso equilibrio en el arte de educar, usando como herramientas la amabilidad y la firmeza, consiguiendo así desarrollar en los niños, habilidades sociales, emocionales y de vida. Basadas en estas premisas, son muchas las herramientas que proporciona la Disciplina Positiva, todas ellas de gran ayuda para acompañarnos en esta preciosa aventura de ser padres.

 

Algunos tips para aplicar la Disciplina Positiva

En lugar de decir ‘no’, redirige a tu hijo.

Podrías repetidamente decirle a tu pequeño que con frecuencia muerde, «¡No!» o «¡No!» Pero tu pequeño podría ver esto como un juego, «Papá dice: ‘No’, y yo lo hago y él dice ‘No’ otra vez», por ejemplo.

«‘No'» no les da nada para sentirse más capaces; es una orden, mostrarles lo que pueden hacer en lugar de lo que no pueden. Enfocarse en soluciones en lugar de castigar es una herramienta clave en la disciplina positiva.

Dales una voz.

Aunque no haya discusión, los niños necesitan sentirse escuchados. Es una idea saludable que los niños tengan un tiempo cada semana para que digan lo que creen que es injusto sobre cómo funciona la casa y lo que les gusta especialmente, por lo que reservar 20 minutos a la semana para niños a partir de los 4 años en adelante, durante los cuales ellos pueden presentar su opini’on, y los padres escucharán sin discutir. La oportunidad les permite a todos los miembros de la familia expresar sus inquietudes y hacer una lluvia de ideas juntos.

Eliminar la vergüenza de cometer errores.

Al igual que las reuniones familiares, los expertos en disciplina positiva fomentan una conversación abierta sobre los errores, enseñando a los niños que son «oportunidades para aprender», Por ejemplo, a la hora de la cena, alrededor de la mesa podéis cada uno comparttir el error que experimentastéis y lo que aprendisteis de él. Los niños se sentirán animados y respetados, lo que en última instancia creará un cambio positivo en su pensamiento y comportamiento.

Priorizar el tiempo de calidad.

Dedicar 15 minutos antes de acostarse con su hijo pequeño para leer un libro juntos. O una vez a la semana al menos salir a caminar a un parque o a un bosque. De cualquier manera, el tiempo de uso individual sin pantalla con tu hijo le da un sentido de pertenencia y significado. El comportamiento de un niño es principalmente un reflejo de su autoestima y de saber que es amado, digno y autónomo.

Los padres debemos de ser buenos líderes,ya que los lideres no controlan a los demás, sino que establecen pautas que los otros siguen para llegar al éxito. En lugar de una orden, invitan y motivan a realizar una tarea, de esta manera tu hijo se siente respetado, y ese respeto hace que se sientan autorealizado. Al renunciar a la necesidad de controlar una situación en la que tu hijo está actuando, allanas el camino para que sean adultos más sanos y felices. Estar enojado o ser punitivo significa usar el miedo como una forma de hacer que obedezcan.

El niño que actúa por intimidación no lo está haciendo porque está aprendiendo un buen comportamiento, solo en la autoconservación cuando existe la amenaza. Aporta un cumplimiento temporal insostenible y, a menudo, causa agresión y desafío, y esto suele terminar en frustración.

Es posible que en ocasiones te sientas frustrada pero en esos momentos, intenta no caer en la disciplina reactiva, es mejor que te tomes un momento para ti misma, respirares profundamente y comportarte adecuadamente como padre o madre. Esta será una forma fabulosa de modelar el comportamiento apropiado en tu hijo. Por ejemplo puedes decirle algo como: ‘Mamá está muy estresada, me voy a sentar 5 minutos en el jardín para calmarme’. Así comprenderá que perder los estribos no es la solución.

Toda la información que te damos en este artículo es orientativa ya que cada niño y cada familia son diferentes y únicas.

 

Carolina González Ramos

Edda Virtual Solutions

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