¿Cuál es el rol de la ergonomía en la creación de tenis para mujeres?
Hace años, muchos modelos de tenis para mujer se fabricaban a partir de moldes con un diseño enfocado en los hombres, pero hoy en día (por suerte), un gran número de marcas se encuentran comprometidas con crear pares que le ofrezcan comodidad y rendimiento a cada tipo de pie durante actividades de diversa índole.
A eso, justamente, se refiere la “ergonomía”, un término utilizado para describir a la disciplina encargada de entender y mejorar la interacción entre seres humanos y el entorno en el que se desarrollan; en lo que al calzado se refiere, es un elemento con un papel protagónico, especialmente, en el que está pensado para mujeres.
¿Te interesa saber por qué? Descúbrelo en los próximos párrafos.
¿Qué hace diferente a la pisada femenina?
Posee características únicas que parten de su anatomía, y que, en conjunto, impactan en la distribución del peso y los puntos de máxima presión al caminar, creando un patrón de movimiento distintivo.
Ejemplo de esas particularidades es una cadera más ancha y con mayor inclinación, un antepié amplio y una alta flexibilidad ligamentaria; aunque también vale la pena destacar al ángulo Q, es decir, la línea entre la cadera y la rodilla, la cual llega a modificar toda la alineación de la pierna y a cambiar cómo se absorbe el impacto.
Por último, está igualmente la flexibilidad del arco plantar, un factor que sí o sí, el calzado debe tener en cuenta para ofrecer un soporte que controle el movimiento sin restringir y haga que cada paso conserve tanto la energía, como la comodidad, incluso después de horas de uso.

¿Cómo se construye un par ergonómico?
Al comprar un par de tenis para mujer, nadie se imagina el proceso de validación técnica que existe detrás, ni quienes participan en el mismo: desde las primeras fases, ingenieros, diseñadores y especialistas en biomecánica colaboran para analizar cómo responde el pie a distintos tipos de materiales, formas de suela y patrones de movimiento en escenarios reales.
En tales estudios, se miden aspectos como los arriba mencionados (absorción del impacto, distribución de cargas, tracción en distintos ángulos y la alineación articular), y, a partir de los resultados, se planean mejoras o correcciones.
En caso de que un prototipo genere presión innecesaria en el antepié o no mantenga el talón en su lugar durante una pisada intensa, entonces es obligatorio volver al diseño para hacer los ajustes pertinentes hasta que el producto final no solo cumpla con una intención estética o comercial, sino que cumpla con el cuerpo que lo va a usar.
Ya algunas marcas, como PUMA, integran procesos así con una perspectiva de género clara en la que se desarrollan modelos desde cero considerando la forma del pie femenino y su biomecánica, así como los retos específicos que enfrenta.
¿Cómo un diseño ergonómico mejora el movimiento?
Piensa en tus tenis blancos favoritos o en ese par que, sin dudarlo, utilizas para cualquier plan que se te presente, porque más allá del diseño, lo más seguro es que los elijas por el confort integral que te brindan, y es que de eso se trata la ergonomía: de hacer que todos los elementos del calzado trabajen para ti y se adapten a tu ritmo.
La suela debe reducir la carga sobre rodillas y tobillos durante rutinas exigentes, mientras que la plantilla, tiene que guiar el arco con suavidad, pero evitando que el pie se desplace dentro del tenis o que compense mal al entrar en contacto con superficies irregulares.

Por otro lado, el calzado ergonómico favorece la estabilidad cuando el soporte se localiza donde se necesita, lo cual disminuye los microajustes musculares inconscientes que, acumulados, generan fatiga. Asimismo, respeta la alineación natural del pie, funcionando como un facilitador del movimiento que baja el desgaste corporal para que camines sintiéndote ligera.
Lo ideal es que los materiales reaccionen a tu peso y que las estructuras abracen a tu pie con firmeza, pero sin restringirlo; incluso, que se encuentre equipado con tecnología hecha para que tu rendimiento diario sea óptimo y que tu experiencia con el par te beneficie, en lugar de perjudicarte.
¿Hay algo que te incomoda de tu calzado actual?
¡Cámbialo! La mayoría de las decisiones que tomas sobre tu bienestar se construyen en lo cotidiano, y los tenis que usas no son la excepción, ya que pueden tanto potenciar tu energía, como disminuirla.
Te invitamos a que escuches a tu cuerpo y a que no minimices cualquier incomodidad que te cause uno de tus pares porque, después, ese dolor inofensivo corre el riesgo de convertirse en algo grave.
Atrévete a desechar esos zapatos que amas por su estilo, pero que tus pies detestan por el daño que le causan; busca opciones con un genuino enfoque ergonómico que te impulse a dar lo mejor de ti durante algún entrenamiento y que te motive a seguir utilizándolos.
Una vez que realices este cambio, te darás cuenta de cómo se transforma tu rutina para bien: los malestares se van y las actividades que antes te dejaban exhausta, se vuelven fáciles de llevar a cabo, hasta por más tiempo.

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