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Mi historia de parto (2do hijo – 41 semanas)

Mi parto fue hace justamente 3 meses, así que algunos detalles puede que se me pasen, pero te voy a contar justo cómo fue, sobre todo por todas aquellas mamás que me preguntaron si me volvió a dar Síndrome de HELLP en mi segundo embarazo.

Si te perdiste un poco la historia, puedes ver los siguientes links:

Seguí con la rutina

39-semanasBueno me quedé en todo lo que estaba haciendo, ejercicios, aspirina protect cada día, vitaminas, omega, calcio y suplemento de vitamina D. Toda esta rutina la seguí hasta las 38 semanas, donde paré con la aspirina y cada 5 días, se me tomaba la presión, me tomaban prueba de sangre y de orina.
Sí se me bajaron las plaquetas, de hecho casi todo el embarazo estuve en unas 150 – 140; al principio se alarmaron un poco los doctores, pero me explicaron que… como estaba tomando aspirina, las plaquetas bajan, y que es MÁS importante, tomar la aspirina aunque bajen un poco las plaquetas (no sé si me explico ¿?)

Todo el embarazo estuve muy activa, caminando de 1 a 2 kilómetros hasta la semana 39, y es que me sentía bastante bien, además, mi hijo de 5 años me demandaba ir de allá para acá. Justo esa semana mis plaquetas bajaron a 120 (y mientras más te acerques a 100 suele ser ya super peligroso) me preguntaron si quería una segunda cesárea, y di un rotundo NO. Quería sentir las contracciones y tener la posibilidad de un parto natural.

Se acercó la semana 40 y me dijo mi matrona que debían hacer chequeos. Todo salió bien. Entonces, si pasaban 5 días más y no nacía me tendrían que inducir; otra cosa que tampoco quería, porque algunas inducciones acaban realizándose con fórceps, ventosa o ya de plano terminan en cesárea.

monitoreo-bebe-partoEmpezaron las contracciones

Se cumplieron las 41 semanas y no nació mi bebé, me programaron una cita en el hospital, para monitorear los movimientos, ritmo cardiaco y alguna posible contracción. ¿Cuál sería mi sorpresa? que ese día, a las 5 de la mañana empecé a sentir «cosas» y lo digo así porque nunca me imaginé que fuera ya la contracción, porque no me dolía no se me ponía dura la panza como todos decían, ni me dolía la cadera.

Pues me puse a leer que cuando te duele mucho en la espalda baja es porque el bebé viene de posición posterior (cuando su nuca está contra tu columna) y el mío venía de forma anterior (por decir, sus ojos viendo hacia tu columna) ésta es la mejor forma para que nazca un bebé. Entonces mi dolor no era tan extremo, estaba muy bien acomodado.

Llegué al hospital, y pues la doctora me checó, todo estaba bien, y me sugirió un barrido de membranas antes de una inducción con oxitocina, que es que te introducen las yemas de los dedos cuidadosamente para inducir el parto de forma natural. Sí me dolió un poco al final, pero nada que no soportara.

Y me dijo que tenía dos centímetros de dilatación, que fuera a casa, que comiera, que me bañara y me relajara que en varias horas o al día siguiente podría ya nacer el bebé.

Todo lo que pasó en mi casa

gritos-mujer¿Cuál sería mi sorpresa? Al llegar a casa, mi esposo, hijo y yo, teníamos mucha hambre, y a punto de comer, las contracciones ya me molestaban, fui al cuarto y ya no me pude ni acostar, empecé con pequeños gritos y me dieron ganas de ir al baño, pues solté algo de agua y color café. Regresé al cuarto confundida si había sido el tapón mucoso, se me había roto la fuente o qué!!! jaja

Estaba gritando del dolor, retorciéndome, tenía mucho calor, mucha sed pero estaba muy cansada. Apenas y mi cuerpo tomaba fuerzas, venía otra contracción, ya le dije a mi esposo que no podía más, que llamara al hospital, le dijeron que cómo era posible, si me acababa de ir, y mi esposo contó y tenía contracciones ya cada 2 minutos, entonces le dijeron que llamara a la ambulancia para que nos llevaran al hospital (porque no tenemos carro!) pues me creerán que no habían ambulancias disponibles, entonces el del teléfono de emergencias le dijo a mi esposo, agarre una toalla húmeda, lávese las manos, y saque cobijas, porque ese bebé ya va a nacer.

El cuerpo es sabio

embarazo-lineas-vectorMi primer hijo muy lindo se quedó muy quieto en la sala, le explicó mi esposo qué estaba pasando y le dijo que no era nada malo, que era algo natural. Mi esposo veía un poco de sangre y líquido y no quería ni «asomarse». Yo estaba con mi mente en blanco, gritando lo más que podía y sudada, yo sabía que no hay que gritar tanto porque pierdes fuerza y energía para cuando vayas a pujar, además de que te estresas y pierdes el control, pero de verdad el dolor era insoportable, toda la preparación de relajación se fue a la basura!! jaja es muy distinto cómo te lo plantean a como en realidad es.

Parte de mi estrés es que yo no sabía cuánto tenía de dilatación, pensé que apenas era el inicio y yo me sentía morir. Pues llegó otra contracción y no grité tanto como antes, no sé qué estaba haciendo mi marido me dijo «estás pujando! ¿por qué?» y me di cuenta que sí, que mi cuerpo sabe qué hacer y que YA era el momento de sacar a este bebé. Pujar me daba una sensación de alivio, entonces lo seguí haciendo un par de minuto y en eso que llega la ambulancia.

La chica me dijo que aún no estaba coronando (cosa que no fue tan cierta, pero me lo dijo para que me moviera) «no estás coronando, vamos párate, métete a la ambulancia y vamos al hospital, o ¿lo quieres tener aquí?» ya ven como son de sutiles luego las personas… Pues caminando rápido y deteniéndome en contracciones, mi hijo, esposo y yo, nos subimos. Por supuesto que no los dejaron entrar más allá del mostrador de enfermería (por mi hijo de 5 años).

El nacimiento

parto naturalLlegúe con la matrona y me dijo «tu bebé trae mucho cabello» y yo… quéeeee jaja, le pregunté todavía mareada «¿cuántos centímetros tengo?» y me dice, que claramente 10, que de hecho ya estaba naciendo el bebé, que pensara en cosas bonitas que no pujara hasta llegar al cuarto (ya me estaban trasladando) pues me puse en la cama (no recostada ni con piernas arriba, sino más bien como de lado, no sé, mi cuerpo se acomodó), sentí que venía la contracción y pujé con todas mis fuerzas casi perdiendo la noción de dónde estaba, quién era y qué hacía ahí, sentí cada parte de mi bebé, la cabeza, los hombros, la cadera, las piernas, y un trenzado muy largo y grueso, sí, el cordón umbilical, en eso que me ponen el bebé en el pecho (enseguida) y fue cuando comprendí que mi pequeño Sebastián había llegado al mundo.

Así es, mi parto fue sin ningún tipo de anestesia, entre que llegué a la casa y tuve al bebé, pasó solo 1 hora y media; mi fase activa y de transición fueron ahí mismo en la casa! Y déjame decirte algo si es que tu que me lees quieres tener un parto así, SÍ se puede, nuestro cuerpo está preparado, es un dolor que de verdad no te imaginas, pero aunque no lo hayas vivido antes, en el momento sabrás cómo reaccionar, sabrás en qué posición te sientes mejor, si quieres gritar o si no, sí te recomiendo mucha hidratación y relajación. A mí lo que me estresó más es que mi hijo estaba en la sala, así que varios factores pueden involucrarse en el momento, pero el parto casi nunca saldrá como lo planeas, así que te deseo lo mejor si es que estás por tener un bebé y gracias por leerme.

Tener un parto después de cesárea es posible. Tener un bebé perfectamente sano después de síndrome de HELLP también es posible.

¡Infórmate!


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