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«¿Dónde está mi tribu?» el magnífico libro sobre maternidad

“Para educar a un niño se necesita una tribu entera” dice un sabio proverbio africano. Este tiene su origen en sus costumbres y cultura, de tal manera que cuando un niño nace no es criado únicamente por sus padres biológicos sino que es cobijado por toda comunidad. Se hace de esta manera porque se cree que el cuidado de los niños no puede estar un vacío, o dejarse a cargo de quienes no cuentan con experiencia, sino que debe ir acompañado por un cuidado comunitario, de tal manera que se convierta en un sistema de apoyo y guía. De igual manera, es una forma de asegurar que los valores y las tradiciones se conserven a lo largo de los años, que la educación de casi todos los niños sea muy parecida y acorde a la comunidad. Este sistema también se convierte en un sistema de vigilancia para la seguridad de los niños y de trabajo emocional para los padres, si bien no es nombrado de esta manera directamente, si les permite encontrar consuelo en los consejos, aminorar el peso de las responsabilidades, pues todo el tiempo estan siendo consolados por los más experimentados, de la misma forma, en esta cultura el tema de los cuidados es retomado tanto por hombres como por mujeres, es debido a esto que las mujeres no tienen la carga mayoritaria en cuanto a lo que suceda con los hijos e hijas, sino que se vuelve responsabilidad comunitaria y de la misma forma se buscan resoluciones en equipo. 

pero, seguro estarás preguntándote ¿y dónde está nuestra tribu? La autora Carolina del Olmo, originalmente filosofa, habla de ello en su libro «¿Dónde está mi tribu?«, libro recomendado para entender la maternidad en estos tiempos. Habla sobre la dificultad que enfrentan muchas mujeres a la actualidad y la necesidad de comunidades de apoyo para la crianza.

Tener un hijo es una de las experiencias más comunes y naturales de la humanidad, pero estamos peor preparados que nunca para este momento. Vivimos una naturaleza de completa y “antinatural” dependencia a todos los demás. Este precioso libro que leí tan pronto como mi hija nació – por recomendación de mi papá, por cierto – se plantea este y otros interrogantes naturales que siempre derivan en la misma pregunta: ¿existe un equilibrio entre la familia, la pareja y la relación madre e hijos? Porque cuidar de nuestros hijos podría ser una experiencia mucho más gozosa y generalmente no lo es porque la sociedad nos culpa a nosotras y a nadie más.

Esa tribu que se necesita para criar a un solo niño debe ser solidaria, comprensiva y colaboradora en la crianza y los cuidados de ese y otros miembros. Sinceramente, una tribu imposible de implantar en nuestra sociedad si no se cambia la perspectiva de género.

La buena madre y la mala

En la sociedad mexicana – y en muchas otras, como la española que la autora describe – existe la idea de “la buena madre y la mala madre”, dependiendo de qué tanto nos hacemos cargo de nuestros hijos. Pero es una idea corta, superficial, patriarcal e incompleta, porque hay demasiados factores que importan y que no se consideran para encajonar a una mujer en esta terrible e injusta calificación.

Así no son las cosas, se trata de crear entre todos – mujeres, hombres, gobierno, organizaciones, empresarios – una sociedad que permita que “todas seamos buenas madres”. Es decir, la oferta de oportunidades, la equidad familiar y la igualdad salarial, por mencionar tan solo pocas ideas.

Y es que nuestra vida – le guste a quién le guste – no solo se trata de cuidar, alimentar y amar a los hijos, sino de mucho más, como el traer dinero a casa, tener independencia, tener vida y sueños propios, y desarrollarnos como mujeres, de igual manera que los hombres hacen su vida.

“No se trata de seguir indagando en los factores biológicos o psicológicos –siempre individuales- que hacen de una persona algo así como una buena madre responsiva, sino de imaginar cómo debería ser nuestro entorno para que a todos nos sea posible ser buenas madres. Necesitamos una tribu que nos permita ser madres y muchas otras cosas a la vez”, escribió del Olmo en su obra.

Adultocéntricos / Niñocéntricos

Ella profundiza en una diferencia muy real y acertada entre el tipo de crianza que los padres tenemos con nuestros hijos: la “adulto-céntricos” – que considera que un hijo no debe interferir en la vida de sus padres, en la que las madres necesitan dejar a su hijo al cuidado de la guardería, darle biberón y entrenarlo para que duerma solo, y mientras más pronto, mejor – y la “niño-céntricos” – que se refiere a la crianza con apego, que defiende a toda costa la lactancia y el cuidado estrecho de los hijos durante los tres primeros años de vida; es decir, poner la vida del recién nacido como prioridad.

Este grandioso libro se debate entre estas dos posiciones contradictorias, mismas que viven a diario todas las madres, principalmente las primerizas: ¿me enfoco en mi o en mi nuevo bebé? Asimismo, aborda distintos enfoques como el que ve a los niños como pequeños “tiranos manipuladores a quienes se debe controlar”, y el enfoque centrado en la inocencia y la bondad de los niños a quienes por todo hay que sacrificar. Este libro hace enfoque en que la nueva madre se encuentra constantemente ante la disyuntiva de cómo resolver los cuidados básicos de su hijo: problemas de sueño, el llanto y alimentación de su bebé, y además se encuentra bajo las exigencias de una sociedad hiperindividualista que no deja espacio para cuidar de nosotras mismas. Una sociedad moderna e industrializada que carece de tribu.

“Lo que nos falta es una corriente socializadora para resocializar la maternidad. Una lucha contra la individualización del problema. El problema no es tuyo, no es de cada una de las madres o de cada uno de los padres que está en casa agobiado con su bebé, el problema es de todos. Es social y hace falta una perspectiva que tenga en cuenta todo el marco y que no te psicologice ni te biologice el problema, ni te hable de hormonas, ni te hable de apego y crianza segura encerrada en tu casa”, explica la autora.

Es un excelente libro que aborda los aspectos psicológicos, naturales, filosóficos y sociales de un embarazo, así como la maternidad y todo lo que implica. Te lo recomiendo totalmente, disfrutarás la lectura palabra por palabra y te aseguro que te sentirás identificada. 

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