No aceptaron a mi hijo en la escuela que quería
Y no, no todo es de color de rosa y nuestros hijos son aceptados en la escuela donde quisiéramos, que porque es más cerca de la casa, porque no está tan cara o porque nos gustaron las instalaciones y filosofía. Hay veces que no, no es así.
Tremenda sorpresa me llevé cuando mi hijo de 3 años aplicó para kinder III en una escuela grande (con vistas a que estuviera en primaria y secundaria ahí) y me hablaron para decirme que su personalidad era más para «una escuela chica», ya que no es altamente sociable y un poco ansioso.
¿Estaba mal mi hijo? ¿la escuela? o ¿nosotros como padres?
Pues al principio, pensé que mi hijo se había comportado de forma aislada o había llorado, haciéndome quedar mal como madre. Después pensé en por qué no era tan abierto como yo quisiera. Y finalmente llegué a la deducción de que, tal vez esa escuela no había visto lo sorprendente de mi hijo y sólo se había enfocado en que no era 100% abierto como tal vez otros niños lo son; pero eso no está mal; pues una escuela que es tradicional y hace un cierto tipo de estereotipos en niños, creo que al final (y después de repasarlo varias veces) no es algo que quiero para él.
Yo confío en una escuela que va más allá de ingresar a un niño modelo, que saluda a todos y que se queda sentado haciendo repeticiones de letras en un cuaderno durante largos minutos. Creo en las escuelas que van desarrollando diferentes actitudes y aptitudes en los pequeños que los hagan reflejar su personalidad y desarrollar sus propias convicciones.
En mi caso fue porque mi hijo no es muy sociable, pero puede ser porque te discriminen por dinero, por edad, por apariencia o por la escuela de donde provenga tu hijo; déjame decirte algo, si es así, ni sientas ansiedad porque no fue aceptado, ya que pregúntate
¿Esa forma de pensar es la que quieres inculcar a tus hijos?
Mis tips son:
1.- Encuentra la escuela que se adapte a tu hijo y no viceversa.
Si no aceptaron a tu hijo en la que tu pensabas que era la mejor para él, pues por algo son las cosas y probablemente si haces mucho mucho el esfuerzo por que lo acepten en el proceso de admisión, tal vez te cueste el doble de trabajo que esté ahí año tras año, pues si desde el principio, tanto tú como los empleados de la escuela, ven que hay algo que no cuadra entre la personalidad de la escuela y la filosofía o forma de ser de la misma, conforme pase el tiempo, se le hará más pesado para tu pequeño (a) desarrollarse y desenvolverse en ese ambiente.
Ya sea una escuela tradicional, constructivista, modernista, montessori o de cuidados especiales; pero siempre busca la adecuada.
2.- Que acepten o no a tu hijo, no quiere decir que no vaya a tener éxito en un futuro, asegúrate de eso.
Que una escuela rechace a tu hijo no quiere decir que es porque es malo o porque creen que no va a ser buen estudiante, es sólo una opinión de personas que hicieron un diagnóstico rápidamente, tu eres su madre (o padre) y lo conoces, y sabes (o estás buscando) qué es mejor para él. El futuro está en las manos de ambos, a tomarlo de la rienda y a tener éxito.
3.- No dejes que te afecte a tí o a tu hijo
A muchas personas les pasa, desde kinder I hasta la universidad, y si está en nuestras manos estudiar más para lograr entrar como sería en una carrera universitaria, pues hay que seguirlo intentando, pero si no está en tus manos y la escuela te dio un NO definitivo; no dejes que te afecte y cálmate; respira, ve el por qué y busca una escuela que se adapte a lo que necesitas. Explícale a tu hijo que esa escuela tal vez en este momento no es lo mejor para él y dile las razones.
Sí, se siente mal que rechacen a tu hijo, pero… tal vez es lo mejor que pudo haber pasado, recuerda, escuelas hay muchas y encontrarás alguna en la que tu hijo se sienta cómodo y feliz.
A mí misma me rechazaron en dos escuelas en la secundaria, y en la que terminé por entrar, fui muy feliz, donde formé amigas para toda la vida. Nunca me arrepentiré, y entendí que todo pasa por algo.
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