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Enfermedad manos-pies-boca, síntomas, riesgo y prevención

¿Tiene tu hijo manchas rojas en las manos y pies y ampollas molestas en la boca? Entonces puede tener el síndrome conocido como de manos, pies y boca. No te alarmes, es un virus es contagioso, pero generalmente inofensivo y leve.

 

¿Qué es la enfermedad de manos, pies y boca?

El virus de manos, pies y boca es una enfermedad infecciosa contagiosa en la que aparecen manchas rojas en las palmas, las plantas de los pies y / o en la boca. Las manchas pueden convertirse en ampollas, que pueden ser dolorosas.

Le ocurre principalmente a niños pequeños entre 0 y 10 años, con un pico visto en niños entre 1 y 5 años. La enfermedad de manos, pies y boca es generalmente inofensiva y es leve en la mayoría de los niños, algunos ni siquiera se enferman. Este virus es más común principalmente en el verano y el otoño.

Puedes llegar a confundirlo por el nombre como fiebre aftosa, pero no es lo mismo. La fiebre aftosa es causada por otro virus y solo ocurre en el ganado.

 

Causa del virus de manos, pies y boca

La enfermedad de manos, pies y boca es causada por un virus. Varios virus pueden conducir a esta dolencia, pero la mayoría de las veces es un virus coxsackie o un enterovirus. Al igual que un virus del resfriado, estos virus se transmiten por gotitas que terminan en el aire al toser o estornudar. El virus también se puede transmitir a otros a través del líquido de las ampollas o de las heces. Después de una visita al baño, el virus puede, por ejemplo, terminar en el grifo, el botón de descarga o la manija de la puerta a través de las manos.

 

Síntomas

– Uno de sus síntomas más comunes comienza con un poco de fiebre.

– Tu hijo puede ponerse mocoso, con dolor de garganta y tos.

– Puede tener dolor abdominal, náuseas, vómitos con dolor de cabeza, diarrea y pocas ganas de comer.

– Pequeñas manchas rojas y ampollas aparecen en la boca después de 12 a 36 horas.

– Se rompen fácilmente. Luego se convierten en llagas dolorosas. La comida y la bebida son difíciles de ingerir.

– Posteriormente aparecen dolorosas manchas rojas y ampollas en las palmas y las plantas de los pies. Son de 2 a 5 mm de tamaño. A veces esto no sucede, o solo aparecen unas pocas ampollas. Las ampollas sanan en una semana aproximadamente.

 

Diagnóstico

El médico generalmente puede diagnosticar el virus en función de los síntomas y las anormalidades de la piel. No se requieren pruebas adicionales como análisis de sangre.

 

Riesgo de recién nacidos

Para los recién nacidos que desarrollan el virus de manos, pies y boca en los primeros 10 días después del nacimiento, existe un mayor riesgo de que la enfermedad pueda llegar a complicarse. Los bebés pueden tener fiebre alta y deshidratarse más fácilmente si la bebida no sale bien debido a las heridas dolorosas en la boca. Afortunadamente, la enfermedad es rara en los recién nacidos. Aún así, no está de más evitar que tu bebé recién nacido entre en contacto con gente que este enferma, estornude y tosa más de lo normal. Incluso a final del embarazo, es bueno prestar atención a esto, ya que de esta manera evitarás que infecte tu bebé cuando nazca.

 

¿Es contagioso?

El período de incubación, o el tiempo desde el momento de la infección hasta la aparición de los síntomas de la enfermedad, es de 3 a 6 días. No todas las personas infectadas con el virus tienen síntomas. Sin embargo, el niño no enfermo, sin síntomas puede transferir el virus a otra persona. Alguien que ha padecido la enfermedad de manos, pies y boca puede infectar a otros unos días antes de que tenga síntomas, pero también unas semanas o meses después.

Después de experimentar este problema tu hijo producirá anticuerpos contra el virus que causó la enfermedad. Es por eso que está protegido contra este virus durante mucho tiempo. Sin embargo, debido a que hay muchos virus diferentes que pueden causar esta enfermedad, no es inmune a ella y, por lo tanto, puede contraerla nuevamente.

 

¿Qué puedes hacer al respecto?

Este virus se cura automáticamente entre un par de días y un par de semanas. No existe un tratamiento específico para ello. Si tu pequeño sufre de ampollas dolorosas, puedes darle algo para está dolencia que vendan en tu farmacia habitual. Si tiene fiebre, es muy importante darle más para beber y verificar que orina con normalidad. Comer es menos importante, eso vendrá cuando esté mejor.

Si tu hijo tiene este virus, no necesariamente tiene que visitar al pediatra, aunque nunca está de más hacerlo para descartar que se trate de otra cosa. Igualmente si tienes dudas, si estás preocupada o si su hijo tiene síntomas que ves que empeoran o te dan dudas al respecto, entonces, por supuesto, es prudente que acudas a su doctor.

Debes de tener en cuenta que el sistema inmunitario de tu hijo debe hacer su trabajo. El tratamiento con antibióticos solo es útil si las manchas comienzan a encenderse y se desarrollan costras amarillas, y es recomendado por el doctor.

 

Consejos prácticos a tener en cuenta

-Si tiene fiebre dale extra para beber. Comer es menos importante. Si quiere beber poco, intenta ofrecer pequeñas cantidades con mayor frecuencia, por ejemplo, unos pocos sorbos cada quince minutos. Si esto no funciona y tu hijo también orina menos, no dejes de acudir al médico.

– Asegúrate de que tu hijo descanse lo suficiente. Pero no tiene que quedarse en la cama y también puede salir.

– Si es necesario, dale algún remedio que utilices normalmente para el dolor, para que se sienta un poco menos enfermo y tenga menos mal estar.

– Es mejor no darle bebidas ácidas, como jugo de fruta por ejemplo, ya que pueden lastimar las heridas en la boca.

– Los niños que se sienten lo suficientemente bien pueden ir a la guardería o a la escuela. Tu hijo ya ha infectado a otros antes de que se enferme. Mantenerlo en casa para prevenir la infección de otros no tiene sentido. Igualmente se debe hablar con el centro, ya que cada escuela tiene sus propios protocolos ante diferentes casos.

– Háblalo en su escuela. De esta manera, los maestros pueden informar a otros padres que la enfermedad es frecuente y que deben de tener en cuenta esta situación. Ya que su hijo también puede contraer fácilmente el virus.

– Para tratar de no infectar a otros: lávate bien las manos después de ir al baño o cambies el pañal.

 

Prevención

La infección no siempre se puede prevenir, pero puedes hacer varias cosas para limitarla:

La higiene de manos y después de toser. Al usar pañuelos de papel para toser y estornudar que desechas inmediatamente después de su uso, limitas la propagación del virus. También lavarse las manos después de estornudar o toser.

Higiene del baño. Lavarse bien las manos después de una visita al baño es importante para prevenir la contaminación y propagación del virus. Haz esto incluso si has cambiado el pañal de tu pequeño. Lavar con agua caliente y jabón es suficiente.

Limpiar bien los juguetes. Debido a la humedad de las ampollas o la saliva, el virus puede terminar en los juguetes. Intenta lavar diariamente los juguetes usados frecuentemente con agua y jabón si alguien en la familia tiene el virus.

Ventilación. Se recomienda una buena ventilación para prevenir la propagación de este virus.

Toalla propia. No compartas toallas o paños con tu hijo y usa una toalla limpia y un paño diariamente. De esta manera evitas que se extienda por su cuerpo.

 

¿Puede mi hijo ir a la guardería o a la escuela con el virus?

Si tu hijo se siente bien, puede ir acudir al centro educativo sin problemas, igualmente depende de protocolo de cada escuela. Él ya es contagioso antes de que aparezcan los síntomas. Mantenerlo en casa no evita que el virus se propague, ya que esto probablemente ha sucedido anteriormente. Como dije anteriormente es importante informar en la escuela para que tanto profesores como otros padres estén al tanto de la situación y poder tomar la decisión adecuada, en muchos casos lo mejor es que el pequeño se quede en casa durante esos días sobre todo por su propia comodidad.

Este virus es bastante incómodo pero normalmente en pocos días desaparece sin problemas. Igualmente en el caso de que tengas alguna duda nunca dejes de acudir al pediatra para consultarlo.

Toda la información que te damos en este artículo es orientativa ya que cada persona es diferente por lo que para establecer un diagnóstico y un tratamiento es indispensable que acudas a tu médico.

 

 

Carolina González Ramos

Edda Virtual Solutions

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