Desayunos y cenas saludables para niños
Sin duda, uno de los aspectos que más preocupa a todos los padres, es la alimentación de sus hijos. Pues, aunque comparten comidas con ellos y sea posibles organizarles cierta dieta, existen ciertos momentos del día que no parece ser tan sencillo. Efectivamente son los que corresponden tanto al desayuno para los niños como a la merienda, circunstancias, en las que la falta de tiempo, las prisas o las exigencias del niño consiguen que se les de cualquier cosa para salir del paso. Sí, nos referimos a ciertos enemigos como la bollería industrial o aquellos productos a rebosar de ingredientes que hay que evitar a toda costa.
Sin embargo, con un poco de planificación y acostumbrando a los niños a consumir ciertos alimentos, es posible que desayunar y merendar de forma sana. Además, hay que valorar que se trata de comidas muy importantes, puesto que un buen reparto de las calorías, pueden evitar problemas alimenticios o de sobrepeso, potenciando su rendimiento y un mejor desarrollo.
Enfrenta el día con una buena carga de energía
El desayuno sano y rico para niños, es una comida a la que hay que dedicar tiempo. Si queremos que los niños puedan alimentarse bien, es necesario sentarlos a la mesa.
Para este momento, lo principal que debemos evitar son los productos muy azucarados y poco saludables. Ejemplo de ellos, son los cereales de baja calidad, el pan “de molde” blanco, la bollería, el cacao soluble o los batidos entre muchos otros.
Calorías de calidad
Cuando hablamos de alimentación, no solo debemos fijarnos en el niño cumpla con cierta ingesta, sino que además los alimentos que consuma sean de calidad. En muchas ocasiones, es tan sencillo como sustituir ciertos alimentos de los que ya se consumen e introducir poco a poco otros que complementen un buen desayuno.
Con respecto a la ingesta de hidratos de carbono, el pan, unas buenas tostadas pueden ser una gran opción, pero hay que intentar que sean integrales. Este, puede acompañarse de aceite de oliva, una gran fuente de grasas buenas, jamón, algo de queso fresco o incluso mantequilla y mermelada. Estas últimas siempre en su justa medida. La fruta, también es un elemento muy importante, pero siempre en piezas enteras, evitando los zumos.
Los lácteos, también suelen ser muy recurrentes en el desayuno. Además los niños no acostumbran a poner dificultades, pues tanto los yogures como la leche es bastante común que sea santo de su devoción. En estas edades, pueden consumir leche entera o semidesnatada. Además, los yogures naturales, pueden acompañarse de otros alimentos como la fruta, los copos de avena o hasta cereales como la espelta, que cada vez aparecen más en las estanterías de los supermercados. Hay que tener mucho cuidado con los yogures, estos a poder ser siempre naturales o desnatados.
Desayunos un tanto alternativos
En los niños, las fuentes de hidratos de carbono, fibra y grasas son esenciales. Hay que valorar que tienen gran actividad y que su cuerpo demanda energía. Sin embargo el consumo de proteínas es igual de relevante.
Así, preparar tortilla francesa para desayunar o incluso un poco de pollo a la plancha, jamón como ya mencionamos o lomo embuchado, pueden hacer a los niños sentarse a la mesa con más emoción.
Los desayunos saludables ricos en proteínas como las de los huevos, mantienen a los niños más saciados durante la mañana, evitando que tengan la necesidad de tomar productos azucarados.
Imprescindible comer algo a media tarde
El otro escenario en el que en ocasiones los padres se ven un poco limitados en cuanto a ofrecer alimentos sanos a sus hijos, son las meriendas. A esto, se le suma que al haber ingerido comida durante el día, el niño puede ser un poco más exigente y no convencerse con cualquier cosa.
En estos momentos, la mejor opción es aportarles una merienda que les permita continuar con su tarde, pero que no les sacie en exceso y puedan realizar una última comida antes de que acabe el día. Volvemos a opciones similares a las del desayuno, pues la fruta, el pan integral con ciertos aportes de proteína como el atún, el queso fresco o el jamón pueden ser un complemento perfecto. Los frutos deshidratados, también son un producto que está tomando gran relevancia, además de sanos, se pueden comer en cualquier momento y su sabor y textura son muy agradables.
Con algo de esfuerzo, es posible acostumbrar a los niños a que tomen comidas e incluso postres nutritivos. Lograrlo requiere paciencia y tiempo. En esta página hay varias ideas con postres saludables para niños.
Consigue que desayuno y cenas saludables, sean comidas fundamentales
Una vez que sabemos cómo debemos enfrentarnos a estas comidas, solo resta tener en consideración ciertas pautas que consigan motivar a los niños a consumir estas meriendas y desayunos.
Para ello, es necesario que se planifique la compra de los alimentos, dedicar tiempo a preparar las comidas y sobre todo dar ejemplo e intentar compartir esos momentos con ellos.
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